En la ONU, cuando toman alguna decisión,
como nadie de sus miembros le hace caso a posteriori, pues se dedican a matar
moscas a cañonazos. Ahora nos salen con que para mejorar el medio ambiente y la
salud de las personas lo mejor es un cambio de dieta e ir abandonando la carne.
Jeje. Debo de ser un poco cínico. ¿A qué países les puede interesar que se
hagan estas recomendaciones? Me descojono. No hablan de la contaminación a
través de las grandes industrias en los grandes países industriales o en los
países del tercer mundo, ni de la deforestación incontrolada por parte de las
grandes multinacionales consentidas por los respectivos gobiernos. No, qué va.
El problema es que comemos mucha carne. Y se acaban los pastos para el ganado y
los peces en el mar y todo lo que suponga cualquier medio de subsistencia
animal.
Me causa gracia, porque cabrearme ya lo
hago mucho más a menudo, que en España el carbón contamine y las minas se cierren
y las centrales térmicas pasen a mejor vida, a cambio de importar por ejemplo
energía marroquí, en base a determinados acuerdos comerciales o por la baratura
en sus precios ya que allí el obrero cobra una mierda, y que se consigue con
los mismos medios que aquí no sirven en bien de cuidar el medio ambiente. Como
si España se pudiese envolver en una burbuja en la que no entra la
contaminación procedente de otros lugares. Como si en China o en EEUU o en
Rusia o en Polonia o Alemania o Nigeria o Sudáfrica o la India o Pakistán o… estuviesen haciendo caso a las medidas que se
han de tomar, avisados por todas las asociaciones defensoras del medio ambiente
y en las pomposas cumbres de estados que envían miembros destacados a echar un
par de días de vacaciones a costa de los contribuyentes, para evitar que este
planeta acabe como el rosario de la aurora dentro de cien años.
Existen cumbres de países, dicen
desarrollados, que acuerdan determinadas medidas y que, al cabo de cuatro o cinco
años, hemos visto que ninguno cumplía. ¿Y qué? Pues como eso no lo van a hacer,
¿qué se inventan? Cambiar la dieta de las personas. Que los coches contaminan o
los aviones o los barcos. ¿A ver, qué pasa, los vamos a eliminar de golpe? Pues
no, todo el mundo a pastar porque la Tierra se está desertizando con tanto
animal suelto. Pero los peores, los de dos patas, siguen a lo suyo.
Claro que tampoco te explican cosas raras
que todos vemos, como por qué existen tantos cultivos de regadío, apoyados por
gobiernos interesados, o a lo mejor por grandes empresarios en busca del mejor
rendimiento económico pagando sueldos de asco a inmigrantes y gente que no
tienen dónde caerse muertos, en zonas
donde no llueve y en cambio en climas atlánticos, más lluviosos, aplican la
norma de hacer de ellos paraísos naturales eliminando los cultivos y la
ganadería que mejor se dan. ¿Que en esos lugares calurosos, donde los
invernaderos son los reyes de taifas que proliferan por doquier, la sequía los
está esquilmando? Pues se les lleva agua de otros lugares para que sigan esa
industria que mejor se daba en otros parajes con climas más adecuados sin tanto
gasto.
Nadie quiere perder nada, aunque las
incongruencias sean tan palpables. Cada uno a lo suyo y todo visto a corto
plazo. Como piensan todos los políticos, lo importante no es qué pasará dentro
de cien años, sino el puesto que ocupan hoy y dentro de cuatro. Cuando pase el
tiempo, que lo arreglen los que vengan luego, que ellos y nosotros estaremos criando
malvas. Así que de momento la gente a confiar en la ONU, en quien no confía ningún
político, y la carne, como hace unas décadas, para los ricos.
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