martes, 25 de mayo de 2021

HOJA ENAMORADA

 

Dubitativa aún, al fin se dejó caer,

sublime y etérea como el beso de un niño,

Su pasión desatada fue más fuerte

que el pánico cerval a la incertidumbre.

Mecida por aquella delicada brisa otoñal,

fue deshilachando el tiempo

entre vuelos oscilantes aquí y allá,

al azar, quién sabe si con el ánimo lleno

de zozobra ante lo desconocido

o si retardando excitada el momento,

aunque suspirando por su ansiado encuentro,

por alcanzar ese éxtasis tantas veces deseado.

Cupido había dado en la diana y

su compañero, atento y nervioso,

la esperaba al final de su vuelo

con los brazos abiertos.

Al primer roce, tierno y delicado,

como el de una mariposa sobre la piel,

se estremeció y tembló ante su contacto

hasta la última punta,

hasta el último nervio

de su cuerpo perfectamente lobulado.

Por fin, serena, descansa arrebujada

entre los múltiples abrazos amorosos

de aquel césped verde y brillante

que la balancean suavemente,

que la acunarán hasta el final de sus días.

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