El precio de la electricidad por las nubes.
Anda que no nos están bombardeando con ello.
Existen unas leyes que lo permiten, por lo
visto, y a nadie se le ocurre actuar con rapidez para cambiarlas. Demuestra
ello que no hay nada que hacer y que día tras día nos vemos condenados los
españoles a recibir la información sobre cuánto ha subido la luz hoy, cuánto mañana y
pasado y… Y lo peor, apechugar con la factura.
El Gobierno, ni pío. La oposición, ni pío.
Rezongan, rebuznan y se acusan unos a otros, pero… Aquí lo importante es
tirarse los trastos a la cabeza. Dicen desde el PP. que ya han avisado al
Gobierno sobre la conveniencia de actuar de cierta manera para evitar este
desastre económico para las familias. Contestan desde el PSOE que el PP solo
chilla y protesta, pero que no colabora, que la culpa es de una ley que ellos,
Rato y compañía, habían aprobado allá por 1997. Desde entonces acá no hubo
tiempo a modificarla, había asuntos más importantes, por lo visto, aunque casi
siempre desconocidos para los simples mortales. En Podemos, unos gobiernan, o
permanecen en el gobierno para soltar de vez en cuando alguna sandez, y otros
protestan en las calles pidiendo una empresa eléctrica estatal, o sea, llevándose
la contraria a sí mismos, o por lo menos a sus compañeros que se sientan en la
poltrona, como si se pudiese crear de hoy para mañana algo así. En ERC, VOX, Cs, JUNTS,..., bueno, esos a lo suyo.
Es decir, palabrería, papel mojado, lo de
siempre, cuentos de nunca acabar, el de la Buena Pipa.
Dicen desde el Gobierno que todo sucede
porque existen unas leyes europeas que no se pueden saltar. Pero eluden contar
por qué la electricidad es más barata en otros países que en el nuestro con
esas leyes europeas.
La verdad es que en materia económica en España
a este Gobierno, a excepción de Cataluña y País Vasco que nunca tienen bastante
y obtienen sus peticiones particulares en función de su apoyo en el Congreso,
no se le ve ni se le espera. Así, a grandes rasgos: siguen las dudas con las
pensiones; sigue la reforma laboral más o menos como estaba; siguen las empresas (pequeñas,
medianas y grandes) cerrando porque no pueden más y echando gente a la calle; sigue el trabajo precario y temporal aunque bien que se presume del número de personas que ha encontrado trabajo en tal o cual fecha; se machacan la ganadería, agricultura y
pesca con razonamientos urbanitas amparándose, como con la luz, en leyes
europeas; los impuestos que pagamos por las mismas cosas dependen de cada
gobierno autonómico, y cada uno hace de su capa un sayo, por lo que igualdad
entre españoles es una utopía; etc. Y mientras, en el gabinete ministerial, ese
ente mixto que nos gobierna, no se ponen de acuerdo ni para decir lo mismo.
Cada uno va a lo suyo, a ver a quién le hacen la foto más guapa o quién vende
la noticia más chula o quién es el que suelta la trola mayor si con ello puede
salir en los medios a hacer autopropaganda.
Pues bien, volviendo a la luz, me pregunto
por qué no les piden alguna sugerencia a todos los ex ministros y ex altos
cargos, que hoy pululan por los Consejos de Administración de las grandes
multinacionales eléctricas, enchufados, y nunca mejor dicho, a un sueldo apabullante y que causarían
vergüenza a cualquiera, menos a los españoles que lo seguimos permitiendo todo.
A lo mejor les dan la solución. No es que yo me lo crea, qué va, pero hay quien
cuenta que los milagros existen. No seré yo quien lo niegue, aunque esté más cercano
a Santo Tomás.
Me da la impresión que los ciudadanos ya no
servimos ni para defender lo nuestro, somos ovejas de un rebaño bien
domesticado esperando que el pastor nos defienda; pero cuando aparecen los
lobos, uno hoy y otro mañana y otro y otro más, el pastor silba mirando para
otro lado y se hace el longuis. Y los que se vayan al garete, que se vayan. Aún
quedan más y este tipo de pastor político no cuenta, mira el bulto.
Me enviaron hace unos días por wasap dos
fotos: en la primera, con motivo de la detención de cierto rapero catalán, las
calles aparecen abarrotadas de gente protestando; en la segunda, ante las
subidas de la electricidad, calles vacías, supongo que con la gente en su casa
mirándose el ombligo.
Un amigo me dijo que hay que ponerle un
nombre de rapero o de cantante protestón e insultón a la corriente eléctrica para
que nos echemos a la calle. Lo dudo, pero ahí lo dejo, que este paisano es muy
suyo y quería saber si yo era capaz de ponerlo en el artículo. Como cuando me preguntó que dónde estaban los sindicatos para protestar como es debido por ello y, ante mi gesto de ignorancia, siguió hablando para contestarse a sí mismo: En las páginas amarillas. Como yo le comenté que ese librón ya no se editaría más, que desaparecía, el me retrucó: Pues eso, como los sindicatos.
Bueno, que el ordenador también gasta
corriente. Lo dejo, no vaya cogerme una hora montaña, meseta o valle o como sea que se
diga.
Sean felices.
Cada día te explicas mejor. Felicidades
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