PERPLEJIDAD ANTE UN PUENTE

             A la señora Delegada del Gobierno de Asturias le causa perplejidad y no se explica cómo un puente de diez años, a la altura de Casazorrina, en Salas, puede correr el riesgo de derrumbe. Un nuevo retraso en la autovía interior de Asturias hacia Occidente que, no hace casi nada, ya se vio afectada por un alud con el que nadie contaba y que llegó a cortar el paso incluso por la carretera general hacía Salas y Tinéu. Ahora, una vez subsanado el corte anterior, se le une el corte de la carretera entre los dos concejos teniendo los conductores que volver a épocas casi olvidadas como son las de volver a subir La Espina por la antigua N-634.

Los vecinos están que trinan, cabreados y hasta los mismísimos, no perplejos precisamente, y con razón más que suficiente como para pensar que les están tomando el pelo desde hace ya…, toda la vida, vamos.

Y los que circulamos por esa zona, otro tanto de lo mismo.

Pero lo que me choca profundamente es que la Delegada y los distintos Gobiernos regionales y nacionales solo se acuerden del Occidente de Asturias por hechos así. Y no siempre. ¿Por qué no se dan una vuelta por todos los concejos de esta zona occidental y, en vez de ir a una fiesta/feria, a una inauguración de cualquier cosa de una gran empresa pública o privada, a presumir de osos y parques naturales o casos similares, se reúnen con los alcaldes y vecinos y les hacen caso? Porque el Occidente Asturiano está dejado de la mano de los diferentes gobiernos que pasaron por esta Comunidad, a excepción de tiempos de elecciones. Y en ocasiones, ni eso. Ah, por si creen que me olvido y no lo reconozco: alguna vez aciertan con alguna cosa pequeñita, pero poner cuatro parches, de los que presumen y sacan pecho, no es solucionar los problemas.

Señora Losa, no se quede usted perpleja ante la situación actual del puente. Dese una vuelta, no vaya de turismo, entérese de lo que hay por todo el Occidente y verá que la perplejidad no se le borrará de la cara durante años, si es que no se la lleva a la tumba. Es hasta probable que compare esta zona de Asturies con el oriente y el centro y le caiga la cara de vergüenza: propia, aunque lleve poco tiempo en el cargo, y ajena, por las décadas de abandono en que la están dejando nuestros gobernantes de ayer y hoy.