Y el árbol que rozaba el cielo se desnudó
arrojando
su envolvente ropaje al suelo,
tejiendo
lentamente con él una alfombra
de
cientos, de miles, de millones
de
colores cálidos otoñales.
Y
la niña con los pies descalzos
bailó,
se contoneó y cabrioló sobre ella,
y
sus pasos, polícromos de Naturaleza,
la
condujeron, agradecidos y zigzagueantes,
a
los tiernos y rugosos brazos del gigante.
👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻
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