viernes, 2 de enero de 2009

C.P. Bernardo Gurdiel: Cámaras de seguridad

A mi me deja pasmado el hecho de que un grupo político de la villa de Grau/Grado (Asturias) venga a estas alturas a decir que la colocación de cámaras de seguridad en un centro público del municipio atenta contra la dignidad humana y ....¿Han entrado en un banco, en el edificio de un organismo provincial o nacional, en las instalaciones de una gran empresa...?
Me imagino que IR, partido con poco tiempo de vida en este concejo, por lo que yo sé, es desconocedor de los distintos avatares que sufrió este centro durante los últimos años y que sólo desaparecieron hace unos meses cuando se instalaron precisamente estas cámaras.
La ubicación de este sistema, que fue aprobado por el Consejo Escolar del centro ( es decir por los representantes de la comunidad educativa del colegio, elegidos democráticamente - como les gusta decir a tantos políticos- ,y órgano colegiado por excelencia de un centro público), fue solicitado en varias ocasiones a los organismos competentes para evitar las vejaciones de las que eran objeto unas instalaciones que día a día tenían que usar cientos de niños y niñas.
En este centro me tocó ver, casi un lunes sí y otro también ( y no digo nada después de unas vacaciones) , pintadas malsonantes y dibujos guarros y chapuceros en sus paredes; he visto cristales y ventanas rotos con sus restos pateados por los patios; puertas y baños destrozados por el simple hecho de destrozar, sin sentido ninguno; robos en el interior del centro, en algunas ocasiones con gastos cuantiosos y destrozos de materiales educativos únicos (como fotos y películas de distintas salidas de alumnos, documentos unidos a la historia de centro y de toda su comunidad); elementos de las instalaciones deportivas, como las canastas de baloncesto, en el suelo, totalmente deshechos e inservibles para la práctica deportiva; excrementos humanos y no humanos en los patios de uso común; consecuencias de las noches de botellones, con desechos dignos de un basurero; papeleras y contenedores esparcidos por el centro, cuando no quemados; restos de consumo de sustancias estupefacientes, etc, etc.
Creo que estos hechos sí que atentaban contra la dignidad de los alumnos con edades oscilantes entre los tres y los once o doce años,de familias que traían a sus hijos al centro, de profesores que veían con estupefacción, desesperación y cabreo unos actos vandálicos incongruentes que se repetían sin cesar, de organismos que se veían obligados a cargar con unos gastos que se derivaban de ellos y que teníamos que pagar todos los ciudadanos de nuestros bolsillos.
Estos hechos sí atentan contra la dignidad humana.
Cuando, después de años de predicar en el desierto, de denuncias ante las fuerzas del orden, del Ayuntamiento, ante la Consejería, etc, por fin colocan unas cámaras de vigilancia, con las garantías que , presumo, se instalaron para evitar la divulgación de las imágenes, a excepción de aquellas que supongan una vulneración a la ley y a las normas cívicas esenciales en cualquier sociedad, y que puedan usadas para demostrar unos hechos específicos que atenten contra cualquier bien público, pues bien, resulta que ahora nos salen con ésas.
Por favor, miembros de IR de Grau/Grado, denuncien cualquier acto que atente contra la dignidad humana y todo eso que se dice con buenas palabras y que no se cumple en ninguna sociedad civil del mundo: léanse actos como las causas de las guerras, las estafas, los genocidios, el terrorismo, el hambre, determinados acuerdos políticos nacionales e internacionales, la codicia financiera, la falta de alimentos, el derroche sin límite, el consumismo alimentado por los medios de comunicación, etc, etc. Estén ustedes seguros que podrán contar con mi apoyo, aunque sólo sea para denunciar tales infamias porque la partidocracia dominante en el mundo y los medios económicos no nos van a permitir llegar más allá.
Pero dejen que un centro público siga teniendo una cierta seguridad, como la de los últimos meses, para que la comunidad educativa tenga ocasión de tener un respiro en ese aspecto.
Es verdad que no todo es perfecto, pero al menos, si las personas se comportan dentro de un límite de civismo, con respeto y tolerancia hacia aquellos bienes que son de dominio público, sabiendo que lo que es de todos, es de todos ( y no como algunos dicen, que lo que es de todos, no es de nadie), la instalación de unas cámaras de vigilancia para casos así, no atenta contra nadie.Al menos, en mi caso.
No veamos en este hecho concreto un Gran Hermano orwelliano.

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