Mientras Javier Fdez, nuestro presidente autonómico, aboga
en Madrid en una conferencia por la ética como elemento imprescindible en los
nombramientos de personas que desempeñan cargos de enjundia en nuestra vida política,
mantiene en su gobierno actual como consejera de Bienestar Social a Esther Díaz, la
cual reconoce poseer casi un veinte por ciento de las acciones de la empresa de
su marido, que ha estado y está trabajando para distintas instituciones
asturianas, entre ellas haciendo obras para el anterior ayuntamiento del cual
ella era alcaldesa, además de en otras muchas obras públicas, de esas emblemáticas
que hoy mueven a los ciudadanos a pensar no precisamente de muy buena manera.
Veamos, pues: ¿cómo tiene la cara de defender en Madrid lo
que él obvia en su propio gobierno? Aún no se le ha oído decir una palabra, al
menos hasta ayer. O sea, que otro Rajoy a la asturiana. Y entretanto, ¿qué? ¡Vaya ejemplo de mal gobierno que nos da!
Va a ser verdad, más que demostrable, que la calificación
de Podemos a todos estos les viene como anillo al dedo: una casta que quiere
seguir viviendo del cuento y de nuestros dineros.
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