Según las últimas encuestas, la formación Podemos ha dado
un vuelco a las previsiones que se manejaban hasta ahora: se convertiría en el
partido más votado a fecha de hoy de acuerdo con la intención de voto de los
encuestados. Al PSOE lo adelantan por todos los lados, ya que aún los españoles
no sabemos si es de izquierdas o de derechas y así les va; y con todo y con
ello, parece ser que a quien más le ha de preocupar es al PP, que se desmorona
de forma brutal en las encuestas hasta ocupar la tercera plaza. No digamos ya
de IU, UpyD, etc.
¡Vaya palo para la “casta”, como dicen ellos!
Resulta que los españoles no han tragado con los adjetivos
que les han endilgado los políticos más dicharacheros de uno y otro sitio: que
si populistas, que si utópicos, que si bolivarianos, que si proiraníes, que si
filo etarras, etc, etc. Y mira por donde, sin comerlo ni beberlo, vetados en la
televisión pública, con apariciones en medios privados en las que les ponen a
tres o cuatro enfrente del representante de Podemos de turno para que lo
intenten tumbar, con música de trombones y violonchelos, de tubas y saxofones
que nos quiere convencer de que España se irá a pique con estos jóvenes y no
tan jóvenes, entonces aparece Pablo Iglesias y sus círculos y se han
aprovechado de los casos de corrupción de los tarugos que nos gobiernan y nos
han gobernado para dar un puñetazo en la mesa y decir las cuatro verdades que,
aunque muchas fuesen más que conocidas, todos precisábamos oír. Además, con
datos que nadie quiere o más bien no puede refutar.
No sé cuál será el
futuro de este nuevo partido. No puedo olvidar que a día de hoy, al menos en
Asturias y fuera de los Círculos, si preguntamos o leemos algo, nadie nos podrá
nombrar más de tres o cuatro personas dirigentes. Y eso es un obstáculo: les
guste o no, en las elecciones a la gente le gusta votar a caras conocidas. Y
aquí en mi comunidad el votante de a pie no puede presumir de saber quiénes
son. Porque no es suficiente que los conozcan sus afiliados, ya que a la hora
de salir elegido hacen falta miles y miles de votos de personas ajenas a los círculos
que precisan ya de rostros a los que acostumbrarse y personas a las que oír. Podemos
no puede ser solo Pablo Iglesias y cuatro más. A la gente la escuchas decir a
cualquier hora, hablando de la actual clase política, que todos son iguales (ya
sé que no todos, pero…), y su línea de razonamiento pasa por que aquí lo único
que les queda es dar su voto a Podemos: al menos, piensan, estos aún no han
armado ninguna; y más adelante, ya veremos.
Pero, señores de Podemos, con eso no basta para lograr la
confianza de la ciudadanía y gobernar un país. Dense prisa y que no se les cuele
ningún mamarracho vividor y trepa que vaya a lo suyo, porque entonces ya os
habréis convertido en la misma casta que hoy despreciáis y despreciamos.
Buen día y feliz domingo. No olviden
la sonrisa.
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