domingo, 9 de noviembre de 2014

NUBE DE VERANO


A lo mejor es como ver pasar una nube de verano.
Suponen los optimistas con antelación que va a ser cosa de poco tiempo, una formación que se crea de repente debido a condiciones adversas en la atmósfera y que, en un santiamén, se apodera de nuestro cielo y descarga con fuerza contra todo lo que le viene al paso. Pero que va a durar poco, unos minutos, una hora, poco más, un llegar para no quedarse. Luego, todo volverá a su cauce, dejará varios desperfectos a nuestro alrededor, casi siempre originados por anteriores decisiones turbias, más aún que las mismas riadas que produjo la tormenta; incluso algunos de ellos inutilizados para siempre, pero que serán renovados a la mayor rapidez por los nuevos responsables de nuestras vidas para evitar males mayores y no dejar huecos ni resquicios por los que pueda volver a colarse el agua o las ideas; y otra vez saldrá el sol, calentando e iluminando sus cuerpos y nuestros pasos, sus faltriqueras y nuestros pesares, y otra vez volveremos a nuestros quehaceres con más o menos normalidad. Pasada la crisis, todos tan contentos y a olvidarnos de quien la creó. Se continuará haciendo lo mismo, volverán los manejos oscuros, bien tapados hasta que la manta, de tanto tirar por ella, se rompa, regresará la tormenta y así continuará la vida. Esto es la Historia, que no tiene nada de nuevo, una repetición de hechos donde siempre los más míseros llevan las de perder. El agua les lleva las casas, los enseres y hasta la vida, pero siempre habrá personas preparadas para ayudarlos y sacarlos del fango siempre y cuando sea a cambio de unos miles de euros que, multiplicados por millones de personas, pues arrojan un resultado de….. Y la rueda gira.
Pero, si la tormenta se instala definitivamente, ¿serán capaces de adaptarse y soportarlo aquellos, hoy aún optimistas, que suponen que va a ser cosa de minutos? ¡Ufff!
 
Disfruten del día, sonrían y sean felices.

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