Hoy leo en La Nueva España, uno de los periódicos
asturianos, que los políticos, o algunos de ellos, de nuestra Comunidad han
hecho públicos sus bienes. En el artículo se citan a varios con tantos
inmuebles, tantos dineros en distintos bancos, tantas hipotecas, tantos coches,
tantos planes de pensiones, etc. Pues bien, hasta ahí perfecto.
Pero me pregunto quien avala estos datos porque, si se
hace de manera voluntaria, cada uno pondrá lo que mejor le venga, ¿o no?
No obstante, ¿alguien se pude imaginar a uno de ellos
diciendo que tiene cuentas en Suiza o en las Islas Caimán, por ejemplo?
Vamos, que todos estos datos, no es que dude de ellos,
pero se los pueden guardar. Lo que tienen que hacer es declararlos cuando
acceden a un puesto o los enchufan en él, con el visto bueno de Hacienda, y
declararlos cuando vuelven a su vida normal, donde quiera que realicen esta,
verificados por la misma institución.
Que conste que tanto antes como después pueden engañar,
claro que sí, pero al menos, si afanan algo, no valdrá contarnos que fue una
herencia o que son unos listillos jugadores de bolsa ni inversores con un tacto
más que fino para los negocios.
Pásenlo bien y disfruten del fin de
semana.
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