¿Y ahora qué? Ya tardaba mucho en aparecer el primer
enfermo de ébola en España. Una enfermera, en contacto con el último de los
religiosos repatriados, da positivo en esta enfermedad y desde el Ministerio
nos cuentan que todo lo relacionado con aquellas extradiciones y su estancia
hospitalaria se hizo de forma precisa y perfecta. ¡Anda ya! ¿Cuántos habrá
ahora que hayan estado en contacto con esta pobre enfermera? Cuando las cosas
se hacen mal desde un principio, los resultados son así. La opinión de algunos médicos
y especialistas en este tema siempre ha sido que no se debían de haber hecho
aquellos regresos apresurados a nuestro país, además sin haber una solución al
problema. Hoy no queda más remedio que echar la vista atrás y darles la razón. Y que conste que esto nada tiene que ver con la humanidad
y generosidad ante hechos así, sino con la lógica y la salubridad de millones
de personas. Mientras el virus no llegue a Europa o a EEUU ningún gobierno se
tomará las cosas en serio.
Esperemos que el caso actual sea único y no aparezca nadie
más contagiado, porque la epidemia se podría extender como la pólvora. Ahí están
los países africanos a los que nadie hace caso para echarles una mano de
verdad, y no solo con buenas palabras. No obstante, ¿cuántas personas que hayan
mantenido contacto con el caso de esta enfermera estarán en este momento pasándolas
canutas y sufriendo por el mero hecho de haber estado junto a ella? ¿Tendremos
más enfermos de ébola? ¿Habrá una cadena que nos haga pensar que nadie está
seguro? La gente puede pensar cualquier cosa, pero la salud es el bien más
preciado de todo ser humano y, cuando quien nos acerca la enfermedad es nuestro
propio gobierno, mal nos puede ir. Cuando ambos religiosos fueron traídos a España, nadie pensó en sus consecuencias o bien se pensó de
forma tan frágil y liviana que creían que disponíamos del mejor sistema
sanitario del mundo, jejé, ¡menudo lo están dejando, y ahora la mierda les cae encima. A pesar de ello,
seguro que no habrá responsables de los dislates cometidos. ¿Qué apostáis?
Hala, a no
asustarse, pasar un buen día y ser felices, que para lo demás hay tiempo más que suficiente. No nos comamos el tarro más que lo necesario.
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