¡Qué
bien!-habrán dicho algunos, o muchos, o muchísimos de los ciudadanos de este
país cuando se dieron a conocer los nombres de todas esas personas, empresas,
clubs, etc., etc., que están debiendo una cantidad enorme de dinero al fisco,
es decir, a todos nosotros. Por fin la transparencia se empieza a notar en este
país. ¡Ji, ji! ¿Y la lista de todos cuantos se aprovecharon de la “amnistía
fiscal” del Sr. Montoro dónde está? Sería otro ejercicio de transparencia que
viese también la luz. ¿Y…? ¡Cuántos ejercicios de transparencia faltan. señor mío!
No
obstante, y aparte de esas cosas, a mí me gustaría mucho más que conocer los
nombres de los implicados, ¿qué hizo, hace o va a hacer Hacienda para cobrar? Porque
si el único motivo de este descubrimiento es que los españoles sepamos quiénes
son los caraduras que tienen ese pufo y no se va a hacer todo lo humanamente
posible desde el gobierno de turno para cobrar, ¿en qué nos beneficia, aparte
de tener al menos un motivo para el cabreo monumental que pillamos y poder explicar
a algún que otro amigo o conocido que eso se venía venir, que eso ya lo sabía
yo, o que, con ese ritmo de vida que se traían, era lo más normal.
A
cualquier trabajador con una nómina que se le ocurra, no intentar defraudar a
sabiendas o meterles pufos a Hacienda, sino simplemente equivocarse a la hora
de hacer la declaración, la Agencia Tributaria no tarda en mandarle
comunicación de ello y, si se tercia, embargar lo que haya que embargar para
cobrar. ¿Y a estos de la lista, qué les han hecho hasta ahora? ¿Ayudarlos, mediante
el ojos que no ven corazón que no siente, a enviar dinero a un paraíso fiscal y
luego echarles una mano para que lo devuelvan con el tanto por ciento rebajado?
¿O sólo esperar a que “caduque” la fecha de devolver los cuartos para que sigan
libres presumiendo de su fortuna?
Ya
veremos. Porque, aunque estemos en Navidad, fechas muy propicias para los
milagros, seguro que el de pagar las deudas contraídas con todos nosotros no
sucederá.
Mientras,
que ustedes disfruten de las Fiestas y que la sonrisa sea la dueña y señora de
estos días.
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