viernes, 18 de marzo de 2016

DESGAJE ANUNCIADO


Me gustaría pensar que todo forma parte de la evolución a que se ve sometido un partido político en sus inicios, pero el caso de Podemos parece más bien el desmembramiento de algo que se veía venir desde hace algunas semanas. Hay en sus filas distintos posicionamientos que chocan entre sí. Si bien, cuando salieron a la palestra del teatro político español, era un movimiento que creía ser capaz de cambiar España de arriba abajo, con unos objetivos comunes y con unas ansias tremendas de transformación de nuestra sociedad que iban mucho más allá que las de los partidos tradicionales, los del “y tú, más”, donde solo se sabía y se conoce, como medio de oposición, poner a funcionar ventiladores en medio de un muladar dirigidos hacia cualquier cosa que se mueva en el lado contrario, en este momento Podemos se desgaja a cuenta de los protagonismos particulares de muchos de sus dirigentes.

En Cataluña, Colau quiere formar un nuevo partido; en Galicia, otro tanto de lo mismo con el histriónico Beiras; en Madrid, las distintas corrientes de opinión se fragmentan y se acusan unos a otros de falta de seriedad, mientras Luis Alegre sigue feliz y más contento que unas pascuas; Sergio Pascual, secretario responsable de organización, que no se hallará tan alegre como Alegre, es cesado con nocturnidad y alevosía, sin una rueda de prensa explicativa, al más estilo Rajoy (sin plasma, pero con twitter); entre Errejón e Iglesias, las aguas ya no bajan tan claras; en Asturies ha surgido un  nuevo movimiento de oposición a las tesis de la dirección regional; por el país Vasco, más de lo mismo con dimisiones incluidas; en La Rioja, más; y así por otros rincones de España.

No obstante, supongo que una de las razones por las que este partido se ha vuelto loco pasa por el afán de diosismo que acompaña desde hace meses a Pablo Iglesias. Es impensable, de momento, oírle decir algo en clave de equipo. Su opinión y creencias han de ser tomadas como la palabra del dios podemista y es impensable su refutación. Desde la famosa lista plancha con la que se presentaron a las elecciones, y que se sacaron de la manga para arrinconar la opinión contraria de muchos simpatizantes, se veían venir estos encontronazos. Ahora, en este Podemos, no saben cómo arreglar los entuertos, a pesar de que intenten dar una idea de unidad que ya no existe.

Se me ocurre, pues, que no tardando mucho llegarán a algún tipo de acuerdo con el PSOE para investir a Sánchez. De verdad, no me imagino a este Podemos de hoy enfrentado a unas nuevas elecciones en las que, mucho tendrían que cambiar las cosas en cuatro días para evitarlo, llevaría todas las de perder.

 

Sigan ustedes disfrutando y prepárense para las mini vacaciones que llegan, pero siempre con la sonrisa en el rostro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario