martes, 29 de marzo de 2016

HALCÓN, MUNDOSENIOR Y ADMINISTRACIÓN: UNA VERGÜENZA A TRES BANDAS


 
¡Que puedan suceder cosas así y el Estado no tome cartas en el asunto es como para indignarse con todos y cada uno de los responsables de semejantes actos! En este caso me sucedió a mí, pero sé que hay testimonios repartidos a montones por España de casos similares (cambios de hotel, cambios de horarios y fechas del viaje, etc). Parece ser que es una práctica bastante habitual ante la que ningún responsable público reacciona.

Veréis, resulta que allá por enero, el veintisiete, me dirijo a una agencia de Viajes Halcón, la de Grau-Asturies en concreto, donde siempre me habían tratado bien, en la que reservo un viaje a un hotel de Palma de Mallorca para cuatro personas dentro del programa social del IMSERSO, entre el 4 y el 11 de abril, para lo cual ya hago efectivo una cantidad que se me exige en ese momento. Pues bien, sin problema, es un hotel en El Arenal y antes de 45 días de la salida he de hacer el restante ingreso correspondiente para ir y confirmar mi estancia. Así lo hago el 12 de febrero a favor de Mundosenior y me quedo tan tranquilo. Es la primera vez que hago uso de este Programa de Vacaciones para Mayores. Cuál es mi sorpresa cuando el pasado día 22 de marzo, a dos semanas de marchar y justo en plena Semana Santa, me llaman por teléfono de la agencia y me dicen que me han cambiado de hotel y que ahora me corresponde uno en La Bahía de Palma. ¿Por qué, pregunto? No se sabe. ¿Cómo que no se sabe? Pues no, simplemente han enviado un correo notificándolo y ya está. ¿Y a qué hotel me mandan, entonces? Al….  Yo me quedé tan atónito que no fui capaz más que de decirle que iría al día siguiente por la agencia.

El caso es que dicho nuevo hotel, uff, independientemente de las estrellas, no se ajusta a aquello que nosotros deseábamos, o sea, que… Y mientras, pues que no, que nadie en Viajes Halcón me explica  las razones del cambio y, además, ni siquiera han sido capaces de ponerse en contacto con la dichosa Mundosenior para que lo haga, se remiten a un correo electrónico de dos líneas en el que dan cuenta de ello. A los cuatro días, el día 28, se me comunica que la respuesta de Mundosenior a mi protesta es que o lo tomo o cancelo el viaje. Sin más.

Somos números por lo visto, los seres humanos, somos juguetes en sus manos a los que los poderes de nuestro Estado les permitan que nos hagan lo que a ellos les apetezca. Me dejan caer que puede haber overbooking y que es legal. ¿Y a mí  qué me cuentan con eso? ¿Por qué no avisan cuando pagamos la reserva? ¿Por qué me cambian de hotel sin hablar antes conmigo? ¿Acaso las personas somos muebles que pueden trasladar a su antojo? ¿No tenemos opinión, nos consideran una caja de zapatos en una zapatería, a la que mueven de un sitio a otro a su capricho? ¿Han pensado en los trastornos que nos acarrean, en nuestros gustos, en nuestras ideas cuando decidimos elegir un hotel y no otro?

Vamos a ver si me aclaro: esto, considero, es una estafa como la copa de un pino, ya que se supone que este tipo de acciones que crea la Administración ha de procurar la total confianza del ciudadano y no la sensación de sentir que han abusado de uno. Que nadie nos venga con overbooking, ni con nada semejante. Mi reserva estaba hecha y pagada en las fechas correspondientes, de acuerdo con las condiciones que me pusieron, así que a santo de qué me la anulan. Sé que no es el único caso, pero desde el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, a quien le remití hoy un e-mail para que me contesten a esta anomalía, aunque aún sin respuesta por su parte, incluso desde la Consejería del Gobierno Autónomo, tengan o no competencias en el asunto, sí que deberían salir en defensa de los ciudadanos implicados en ello, porque en la Administración son conocedores de la realización de este tipo de acciones y deberían tomar cartas en el asunto cuanto antes sin esperar a que haya o no denuncias al respecto. Si estuviesen trabajando, en vez de pendientes de sus elecciones, sus pactos, sus líos, sus enfrentamientos de pacotilla  y sus asuntos propios, a lo mejor nos iría mejor a los españoles. Es una vergüenza que agencias de este calado, Viajes Halcón o Mundosenior, se monten fregados de esta índole y, lo que es peor, a sabiendas de que están jugando con los sentimientos de la gente. Deberían ser excluidas inmediatamente de cualquier tipo de actuación o subvención a través de los poderes públicos y, por lo tanto, de acceder a ingresos del Estado que no saben gestionar más que para ellos mismos dándoles el portazo a los clientes. No están capacitadas para tramitar los viajes del IMSERSO. De momento, conmigo que no cuenten más. Y quienes todavía sigan, porque aún les ha ido bien, que piensen que lo mismo les puede suceder a ellos cuando menos se lo esperen. No se lo tomen a broma.

Tanto el gobierno que sea como estas dos empresas juegan con Consejos de Administración y billetes de quinientos, mientras que para ellos los jubilados a los que se ofertan estos servicios no son más que votos y calderilla.

Así que las que nos quedamos con un palmo de narices somos las personas que religiosamente pagamos lo que nos piden, ignorantes de que luego estas agencias van a hacer lo que les dé la gana con nosotros con el beneplácito de nuestros gobernantes, que no toman estos asuntos lo suficientemente en serio o bien tienen otras motivaciones desconocidas para nosotros, simples mortales condenados a ser siempre los chivos expiatorios de sus faenas. ¿Podrían alojarnos incluso debajo de un puente si en uno de sus pretiles hubiese dibujadas equis número de estrellas? Supongo que sí. Se me ocurre que es posible que hasta las leyes se lo permitieran.

 

No pierdan la sonrisa y sigan disfrutando de su tiempo.

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