Veréis, resulta que allá por enero, el veintisiete, me dirijo a una
agencia de Viajes Halcón, la de Grau-Asturies en concreto, donde siempre me
habían tratado bien, en la que reservo un viaje a un hotel de Palma de Mallorca
para cuatro personas dentro del programa social del IMSERSO, entre el 4 y el 11
de abril, para lo cual ya hago efectivo una cantidad que se me exige en ese
momento. Pues bien, sin problema, es un hotel en El Arenal y antes de 45 días
de la salida he de hacer el restante ingreso correspondiente para ir y
confirmar mi estancia. Así lo hago el 12 de febrero a favor de Mundosenior y me
quedo tan tranquilo. Es la primera vez que hago uso de este Programa de Vacaciones
para Mayores. Cuál es mi sorpresa cuando el pasado día 22 de marzo, a dos
semanas de marchar y justo en plena Semana Santa, me llaman por teléfono de la
agencia y me dicen que me han cambiado de hotel y que ahora me corresponde uno
en La Bahía de Palma. ¿Por qué, pregunto? No se sabe. ¿Cómo que no se sabe?
Pues no, simplemente han enviado un correo notificándolo y ya está. ¿Y a qué
hotel me mandan, entonces? Al…. Yo me
quedé tan atónito que no fui capaz más que de decirle que iría al día siguiente
por la agencia.
El caso es que dicho nuevo hotel, uff, independientemente de las
estrellas, no se ajusta a aquello que nosotros deseábamos, o sea, que… Y
mientras, pues que no, que nadie en Viajes Halcón me explica las razones del cambio y, además, ni siquiera
han sido capaces de ponerse en contacto con la dichosa Mundosenior para que lo
haga, se remiten a un correo electrónico de dos líneas en el que dan cuenta de
ello. A los cuatro días, el día 28, se me comunica que la respuesta de
Mundosenior a mi protesta es que o lo tomo o cancelo el viaje. Sin más.
Somos números por lo visto, los seres humanos, somos juguetes en sus
manos a los que los poderes de nuestro Estado les permitan que nos hagan lo que
a ellos les apetezca. Me dejan caer que puede haber overbooking y que es legal.
¿Y a mí qué me cuentan con eso? ¿Por qué
no avisan cuando pagamos la reserva? ¿Por qué me cambian de hotel sin hablar
antes conmigo? ¿Acaso las personas somos muebles que pueden trasladar a su
antojo? ¿No tenemos opinión, nos consideran una caja de zapatos en una
zapatería, a la que mueven de un sitio a otro a su capricho? ¿Han pensado en
los trastornos que nos acarrean, en nuestros gustos, en nuestras ideas
cuando decidimos elegir un hotel y no otro?
Vamos a ver si me aclaro: esto, considero, es una estafa como la copa de
un pino, ya que se supone que este tipo de acciones que crea la Administración ha de procurar la total confianza del ciudadano y no la sensación de sentir que han abusado de uno. Que nadie nos venga con overbooking, ni con nada semejante. Mi reserva
estaba hecha y pagada en las fechas correspondientes, de acuerdo con las
condiciones que me pusieron, así que a santo de qué me la anulan. Sé que no es
el único caso, pero desde el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e
Igualdad, a quien le remití hoy un e-mail para que me contesten a esta
anomalía, aunque aún sin respuesta por su parte, incluso desde la Consejería
del Gobierno Autónomo, tengan o no competencias en el asunto, sí que deberían
salir en defensa de los ciudadanos implicados en ello, porque en la
Administración son conocedores de la realización de este tipo de acciones y deberían
tomar cartas en el asunto cuanto antes sin esperar a que haya o no denuncias al
respecto. Si estuviesen trabajando, en vez de pendientes de sus elecciones, sus
pactos, sus líos, sus enfrentamientos de pacotilla y sus asuntos propios, a lo mejor
nos iría mejor a los españoles. Es una vergüenza que agencias de este calado,
Viajes Halcón o Mundosenior, se monten fregados de esta índole y, lo que es
peor, a sabiendas de que están jugando con los sentimientos de la gente.
Deberían ser excluidas inmediatamente de cualquier tipo de actuación o
subvención a través de los poderes públicos y, por lo tanto, de acceder a
ingresos del Estado que no saben gestionar más que para ellos mismos dándoles
el portazo a los clientes. No están capacitadas para tramitar los viajes del
IMSERSO. De momento, conmigo que no cuenten más. Y quienes todavía sigan,
porque aún les ha ido bien, que piensen que lo mismo les puede suceder a ellos
cuando menos se lo esperen. No se lo tomen a broma.
Tanto el gobierno que sea como estas dos empresas juegan con Consejos de
Administración y billetes de quinientos, mientras que para ellos los jubilados
a los que se ofertan estos servicios no son más que votos y calderilla.
Así que las que nos quedamos con un palmo de narices somos las personas
que religiosamente pagamos lo que nos piden, ignorantes de que luego estas
agencias van a hacer lo que les dé la gana con nosotros con el beneplácito de
nuestros gobernantes, que no toman estos asuntos lo suficientemente en serio o
bien tienen otras motivaciones desconocidas para nosotros, simples mortales
condenados a ser siempre los chivos expiatorios de sus faenas. ¿Podrían
alojarnos incluso debajo de un puente si en uno de sus pretiles hubiese
dibujadas equis número de estrellas? Supongo que sí. Se me ocurre que es
posible que hasta las leyes se lo permitieran.
No pierdan la sonrisa y sigan disfrutando de su
tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario