domingo, 9 de diciembre de 2018

DIÁLOGO EVENTUAL


      Hace más o menos seis meses, despertó sobresaltada a eso de las cinco de la madrugada llamando a su madre. El pijama y las sábanas estaban húmedos. Saltó como un rayo de la cama y tropezó con su madre que ya se dirigía hacia ella al oír la llamada. La niña bajó la vista hacia su pantalón oscurecido por la orina, con cara avergonzada y sin decir palabra. La madre también se fijó en ello, pero lo único que hizo fue acuclillarse, darle un abrazo y comerla a besos.         Luego fueron al baño, donde la lavó; a continuación le puso un pijama nuevo y la acostó en la cama matrimonial junto al padre. se arrebujó con la manta y se arrimó al costado de su papá; no tardó en quedarse calentita nuevamente dormida. La mamá, mientras, fue a la habitación de su hija y quitó toda la ropa mojada, arrojándola al cesto de mimbre que había ex profeso junto a la lavadora.
      Cuando se levantaron, al cabo de unas horas, acompañó a su madre a hacer la cama. Algo le relató sobre un sueño y el váter de casa de Mamá Nini, pero que no recordaba exactamente qué. Las imágenes no volvían a su cabeza y, enseguida, haciendo un gesto de hastío con las manos, le alcanzó la almohada a su madre.
     Quién sabe, pero me imagino un diálogo entre ambas así o semejante. Cosas mías, que fantaseo demasiado. 

- ¡Oh. Mi muñeca de colores,

te has meado!

- Sí, mamá,

no he aguantado.

- Mañana te despertaré

a media noche, cielo.

- Sí, mama,

que el pañal no lo quiero.

- Dormirás conmigo,

cariño, y lo harás feliz.

- No, mamá,

que soy grande, jolín.

- Pero si…

- Sin peros, mami,

que tengo tres años

y ahora, me lo dijo papi,

ya sola me apaño.

- De acuerdo, muñeca,

de acuerdo…, claro,

no me preocupa, pequeña,

irás tú sola al baño.

- Eso es, mami,

que esto de hoy, lo de mear,

como dice mi abuelo,

fue algo… eventual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario