domingo, 29 de marzo de 2020

COMITÉ CIENTÍFICO


Esto sigue y sigue. Día tras día nos cuentan que nos estamos acercando al pico de la epidemia en España. Hombre, digo yo que algún día acertarán. ¡Qué alegría se van a llevar! Me estoy imaginando a todo el Gobierno salir a escena el mismo día para autoalabarse poniendo cada uno una careta de sificiencia, como si hubiesen sido unos genios a la hora de desarrollar esta lucha que seguimos padeciendo contra el covid19.
 Y llevan así un montón de días. Lo que más me cabrea de todo esto es cuando aluden y citan a un, por lo visto, Comité Científico que debe asesorar al gobierno y que este cumple a rajatabla las consideraciones que le hacen llegar. Pues bien, oíd, señores del gobierno, ya podéis ir mandando al carajo a ese Comité porque no dio una y sigue igual.
No sé quiénes forman parte de él, pero deben de ser los más mediocres que Illa encontró de paso al ministerio. O sea, que quizá no sean ni profesionales de la Sanidad. A fin de cuentas tenemos un ministro del ramo cuya especialidad es la filosofía. ¡Ya me dirán ustedes! Y si fuese esto, pues no me extraña que las cosas lleven el ritmo que llevan.
Pero a lo mejor no. Quién sabe, igual esos científicos acertaron desde el primer momento y la culpa no es suya, sino de quienes le hicieron oídos sordos. Fíjense que hasta el jefe de la Policía, el que sale en las ruedas de prensa, reconoció ayer que hacía casi dos o tres meses que andaban en busca de material de prevención para sus fuerzas, de lo cual se deduce que ya era conocido el tema y la gravedad que emanaba del covid19; y eso aunque hoy haya querido arreglarlo con buenas palabras y datos que muchos como yo no nos creemos. Es decir, que el comité famoso, si es así y lo hicieron ver a las primeras de cambio, entonces que se vayan también porque, total, para el caso qué les hicieron y les hacen.
De lo que queda duda es que ni la previsión de gravedad, ni la estrategia para luchar contra el virus, ni la comunicación, ni las medidas tomadas a trancas y barrancas, tarde por no haber hecho caso a quienes ya lo habían avisado, ni nada de nada, fue bien llevado por este Gobierno. Y no sirve contar a la ciudadanía que es un hecho tan excepcional que ningún país estaba preparado, pues la gente lo entiende todo: la excepcionalidad y la negligencia. Resulta que antecedentes ya había en otros lugares del mundo, pero se prefirió mirar hacia otro lado. Ahora, paciencia, que el covid19 no se cebe con nuestro personal sanitario ni de alimentación y mucho ánimo.


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