Y
el hombre corrió y corrió.
Cuando
llegó al final del camino,
el
muro le impidió avanzar.
Se
dio la vuelta y siguió corriendo,
sin
rumbo, renqueante,
tambaleándose,
mientras
echaba
la vista atrás,
apesadumbrado
y doliente,
con
el alma llena de recuerdos,
con
el corazón rebosante de amor,
nostálgico,
mas
sin ánimo de regresar
El
niño corrió y corrió.
Cuando
llegó al final del camino,
el
muro le impedía avanzar.
El
niño retrocedió unos pasos,
luego,
valiente y audaz,
intrépido
como un soldado
en
la batalla,
héroe inconsciente
e inmaduro,
corrió
y corrió y lo saltó,
Nada
ni nadie impedirá su avance
en
busca de su incierto futuro,
mas de
su propia verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario