Se está a punto de parir una nueva Ley de
Educación, otra más que surge de la ideología propia de un partido en el poder.
Dentro de unos años, pocos, se volverá a cambiar porque otro nuevo grupo político
habrá llegado al gobierno. Y así lustro tras lustro, década tras década.
Algo tan importante para un país como es la
Educación no puede quedar al albur de lo que opine cada cual en un momento
determinado. No aprenden, ninguno. Una Ley de Educación ha de hacerse entre
todos, debe involucrar a todos y cada uno de los partidos políticos e
instituciones sociales de un estado con el fin de que perdure y no sea solo
fruto de la imaginación y las ideas de unos pocos. Así llevamos cuarenta años,
y así continuaremos otros tantos o más mientras las cabezas pensantes de este
país en materia de Educación no cambien. No es cuestión de imponer una cosa u
otra, sino de llegar a acuerdos que redunden en favor de los niños y jóvenes de
hoy, futuros adultos que nos gobernarán y nos dirigirán, que trabajarán, que
soportarán el peso de la economía de España, que serán quienes intentarán que
la sociedad cada día sea mejor y más justa en todos los ámbitos de la vida.
Pero esto los partidos políticos actuales no lo entienden, solo ven lo que
tienen a un palmo de sus ojos, solo piensan sus dirigentes en ellos mismos, en
el cortoplacismo que los afiance en el poder y los pegue bien pegados a una
buena poltrona, a un buen sueldo y a una buena pensión, no en España. Creen que
la actual sociedad debe ser una y única, sin nadie que piense por sí mismo. De ahí
que cada cual quiera arrimar el ascua a su sardina sin tener en cuenta a
quienes opinen de otra manera.
Es necesario que todos apurran sus
conocimientos y modos de pensar y que todos sepan ceder en determinados
asuntos, para pergeñar un LEY de EDUCACIÓN, con mayúsculas, acorde con los tiempos
que corren y con la que la mayoría de españoles estemos de acuerdo.
Lo que se aprobará en breve será un nuevo
parche en la rueda, que perderá aire enseguida, se desinflará y precisará de
otro nuevo que tampoco solucionará nada. Es mejor usar una rueda nueva, una LEY
nueva, moderna, con visión de futuro, aprobarla entre todos, que no cada una la
suya. Hace mucho tiempo que lo dijeron: la unión hace la fuerza. Y añado, el
sentido común más todavía. A ver si a algunos les entra un poco y se dejan de
tonterías.
Sean felices.
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