sábado, 14 de marzo de 2015

ESPECIALIDAD DE ASTURIANO


El Gobierno de Madrid le ha respondido a Gaspar Llamazares que no procede hablar de la especialización de la Llingua Asturiana ya que no es una de las lenguas cooficiales de España.
No sirve de nada intentar acusar al actual gobierno nacional del PP de falta de interés para con esta lengua, como ahora hacen aquellos que se echan las manos a la cabeza por semejante respuesta. No es culpa de Rajoy, señores, no. La culpa de que el Asturiano siga así es de los sucesivos partidos y gobiernos, de todos esos representantes que hemos ido eligiendo y que nos hemos dado a lo largo de esta Historia reciente de las autonomías, entregada la Llingua a las ocurrencias de turno de cada uno de ellos en este rimbombante “Princesado de Asturies” (quiero imaginar que le cambiarán el nombre de Principado en cualquier momento, ya que estas cosas tan simples son con las que más disfrutan nuestros políticos regionales).
Entre esos representantes nuestros se contaba también IU, que siempre llevaba y, supongo, llevará ahora también el tema de la cooficialidad del Asturiano en su programa electoral. Loable por su parte, pero ineficaz en cuanto sean capaces de conseguir una pequeña porción de gobierno regional. Y no es que lo dude, es que casi lo doy por cierto, ya que a lo largo de muchos años se cansó de apoyar a fuerzas como el PSOE, pero siempre sin poner encima de la mesa el tema de la cooficialidad como contrapartida a su ayuda. Así pues, sr. Llamazares, no debe usted extrañarse de la respuesta de Rajoy. Más bien debería usted extrañarse de las políticas lingüísticas que se han venido haciendo y se hacen en nuestro “Princesado” desde hace décadas y de las cuales, en más de una ocasión, ustedes fueron corresponsables; mejor, ponerse a trabajar, desde aquí y desde nuestro Estatuto, para cambiarlas y lograr que la especialidad del Asturiano deje de ser una mancha oscura y desagradablemente grande en la Historia de Asturies. Al menos, inténtelo, pero no nos quiera engañar con demagogia pura y dura, echando balones fuera y contándonos que los tiraron los del equipo contrario. Usted también jugó durante años en ese mismo terreno de juego y no veo que los resultados fuesen ni siquiera dignos.

Sigan disfrutando del buen tiempo y que no se olvide la sonrisa diaria.

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