CARRERA DE OBSTÁCULOS

Hace unos días que no dejo de pensar en el significado de la vida. Una carrera que comienzas cuando tu madre te envía a un mundo en el que eres un competo extraño y en el que debes aprender a moverte si no quieres que la meta esté demasiado cerca. Para ello cuentas siempre con la ayuda de aquellos que viven a tu alrededor, aquellos que te quieren, o al menos dicen quererte, y que poco a poco te van encaminando hacia una madurez en la que debes desenvolverte solo.

A partir del primer momento, la vida se convierte en una gran carrera de obstáculos, más o menos según cada cual: los hay más altos y menos, con más o menos dificultad, pero siempre lo más importante es afrontarlos con esa sonrisa que yo siempre encomiendo a mis lectores que no puede faltar nunca en la cara si se quiere ser feliz. La meta no siempre la vemos y, además, cuanto más lejos, cuanto más desconocida sea en nuestro tiempo, mejor. Por eso hoy no dejo de pensar en esa carrera y espero que no tardando mucho haya saltado limpiamente el próximo obstáculo con el fin de poder estar más a menudo nuevamente con vosotros.

Sean felices y sigan sonriendo.