Después de todo lo que llevábamos escuchando acerca de los
últimos presupuestos generales del estado, nos llega ahora un nuevo palo si
hacemos caso tanto a la nueva reforma por la que se recortan tres mil
quinientos millones en los ayuntamientos o de los nuevos datos enviados a
Bruselas para recortar unos ocho mil millones a cuenta de las autonomías. Hachazo
por aquí, hachazo por allí, no va a quedar en este país ni el apuntador, solo
los espectadores que ven la obra desde los palcos, los ricos de antes y los nuevos
de ahora, amén de los políticos que seguirán disfrutando de sus prebendas a
cuenta del pueblo destrozado por sus decisiones y aplaudiendo a los del palco.
Miles de personas se han manifestado por Madrid para pedir
(no sé a quién, ni quién los va a oír) la erradicación de la pobreza. Más de
tres millones de españoles se hallan inmersos padeciendo una pobreza severa y
otros cinco o seis al filo de ello. Pero ¿a quién le importa? ¿Habéis oído a
alguien del gobierno quejarse y tomar decisiones para evitar tal desatino, tal
vergüenza? A nadie. Todo queda en manos de asociaciones laicas o religiosas, de
ONGs, de la buena voluntad de la gente para poder dar de comer a esta gente.
Ya sabéis como marcha la educación, la sanidad, los
servicios sociales, etc., para qué os voy a contar. El que más y el que menos
lo está sufriendo en sus carnes de una manera o de otra.
Pues bien, con el panorama desolador que nos rodea, más
bien en el que nos han metido los irresponsables de turno, va el príncipe y cuenta
en Panamá que la economía española está encontrando su camino y ganando en competitividad
(es decir, que los sueldos, a pesar del disgusto que se llevará Montoro, se han
ido al pozo de cabeza), aunque persista un elevado índice de paro. ¿Quién le
escribió el discurso? A lo mejor fue Botín, el del botín en Suiza, que declara
que nuestro país vive un momento fantástico ya que llega dinero de todas
partes. ¿Dónde estará tal dinero? Me gustaría saberlo para cerciorarme de que
vivo en el mismo país que él.
Decía hace unos días Albert Pla, y lo crucificaron vivo
por ello, que le daba asco ser español. No sé si lo dijo en serio, si fue
por su radicalismo catalán o como una forma más de publicitar su espectáculo,
que por cierto se ha ido al carajo ante la censura ejercida por el PP y Foro de
Xixón, que se convirtieron de buenas a primeras en nuestros paladines no
deseados para cubrirnos las espaldas de tales aseveraciones. Pues sí, a mí
también me da asco en estos momentos ser español, saber que entre unos pocos,
aquellos que nos pisotean sin que seamos capaces de revolvernos, están acabando
con un estado del bienestar que nos costó años conseguir; me da asco escuchar a
tanta gente colocada, a veces enchufada, en puestos importantes de la política
y de la economía decir y desdecir chorradas que lo único que nos llevan es a la
confusión; oír a personas que uno creía que podrían abrirnos los ojos, mirar
para otro lado cuando caen gotas de lluvia sobre ellos, en vez de llover sobre
los otros. Porque lo que llueve últimamente en este país actualmente son montones
de mierda y quienes la sueltan siguen riéndose de nosotros, mientras que a lo único a lo que nos
dedicamos es a mirar para los demás a ver si hay suerte y están más cagados que
uno mismo. Da asco.
Sean felices, pásenlo bien y no
olviden la sonrisa.
Lo peor de todo es que mientras "unos" sueltan la mierda, los "otros" ponen a funcionar el ventilador y así siempre salen perdiendo los mismos. ¡ Hay que acabar con ellos!. ¡ Que los vote su madre....si es que se atreve!
ResponderEliminarEl timonel del Cubia
Hasta a mí me da asco ser español en los tiempos que corren. No sé de qué se extrañan quienes lo critican, a no ser que formen parte del problema y sean la causa de los tiempos que vivimos, porque esos se echan las manos a la cabeza.
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