FALSARIOS

La Iglesia, es decir los dirigentes de ella, sigue a lo suyo, en este caso con la complicidad del PP y CiU. Que hay que beatificar a cinco, pues cinco; que a cien, pues a cien; a quinientos, lo que sea. ¡Ah, que son personas que murieron durante la guerra civil, durante la sublevación de una parte del ejército, durante un golpe de estado en España! Pues vale, estaban del lado de los ganadores, así que son beatos. ¿Y entre los perdedores no habría muertos buenos cristianos que perdieron su vida durante la contienda? No, eran republicanos, defensores del legitimo gobierno que existía en aquellas fechas, así que estaban condenados a las llamas y al dolor eterno, y como los ganadores lo hicieron en una Cruzada religiosa que Roma se encargó de santificar pues, aunque se dijesen cristianos, seguro que no lo eran, eran unos falsos que fueron al infierno de cabeza. O eso dijeron y dicen aún. ¿Que el Papa está diciendo muchas cosas interesantes? Pues se le hace hablar en ese acto y nos recuerda que solo son beatos los que defendieron el franquismo, porque de los demás no se acordó o más bien no se quiso acordar, que para todo hay un límite.Y asistiendo a esa pantomima, como unos fieles más, ahí estaban ministros y demás soplagaitas aplaudiendo a rabiar, individuos que son los mismos que se siguen negando a condenar el golpe de estado del 36 que dejó una España dividida, una España que aún sigue recordando aquella barbarie, la de unos y la otros, y a la que le faltan años aún para remontar y olvidar porque ellos no lo permiten.

Lo tenemos difícil mientras haya tantos apoltronados que sigan negando la realidad, empeñados en defender unas ideas que no se atreven a decir en voz alta, porque entonces no obtendrían el voto sumiso y sordo que les siguen dando muchos españoles; o mientras haya una cúpula eclesiástica con sus dirigentes que solo se acuerda de los de un bando, mientras que miles y miles de muertos del otro todavía se hallan verdaderamente insepultos olvidados sus huesos por cunetas, en camperas o por los montes, y por los que no reza ninguno de ellos ni lo piensan hacer en un futuro, porque aquellos mierdosos años de la guerra y posguerra fueron para ellos los de la victoria y, ya sabéis, al enemigo ni agua. Están empeñados en relegar el verdadero significado de la palabra "iglesia" imponiendo para ello una definición acorde con sus propios intereses. Se creen dioses porque hablan de Dios, cuando en realidad se parecen más a sepulcros blanqueados incapaces de defender la justicia.

A ver si algún día salimos de entre tanta inmundicia. Mientras, sean lo más felices posible y no pierdan la sonrisa.