sábado, 12 de octubre de 2013

¿PERDÓN? ¿Y ESO QUÉ ES?


¡Anda que no hay defraudadores en España!, verdad, Soraya! Así, como quien no quiere la cosa, la vicepresidenta se saca de la manga medio millón de parados a los que acusa de defraudar a Hacienda porque reciben dinero B, que es un dinero que ella alcanza a entender puesto que es muy parecido- aunque no la cantidad- al de los sobresueldos que tanto se empeñan ella y sus amigos en negar en el PP.
No sé, pero seguro que descubrieron miles de cuentas en Suiza o en cualquier paraíso fiscal a nombre de esos parados- pensé yo, infeliz de mí, que soy más crédulo que Floriano cuando explica lo inexplicable y se lo cree a pies juntillas.
Pero no: enseguida hubo quienes negaron desde el mismo gobierno- no te digo nada la oposición- semejantes palabras y aclararon la cuestión, pero ella, la vice, calló como una ahogada, no volvió a salir a la palestra para disculparse por dichos datos. Soraya no pidió perdón a esos españoles porque para ella la vara de medir está en su propio partido: es decir, le importa un bledo mentir, lo hace porque sí y porque le sale de sus… a sabiendas de que infinidad de ciudadanos, que dentro de equis meses van a ir a votar, volverán a meter la papeleta del PP en las urnas. Son así de tontos y así nos va.
Hace unas semanas, cuando estalló el caso Bárcenas, escribía yo que esta señora estaba esquivando el asunto, quien sabe si con el fin de postularse como una nueva lideresa. Pero hoy, a la vista de sus declaraciones, reniego de aquellas palabras: es igual que todos y no dicen una a derechas. Realmente, si es vicepresidenta del este gobierno, no me debería extrañar, pero a veces todos metemos la pata.


Sigan ustedes bien y no borren esa sonrisa.

3 comentarios:

  1. El timonel del Cubia12 de octubre de 2013, 11:02

    Estoy totalmente de acuerdo. Solamente te añado una frase de "El misterio de Pont-Aven" : Era un maestro del autocontrol y...de la manipulación de su discurso con toda impasibilidad y gran táctica. Todo un político, vamos.

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  2. Se han acostumbrado tanto a mentir, a tergiversar, y a no dar explicaciones que ahora creen que todo el monte es orégano. Y lo peor, parece como si estuviésemos encantados con ello.
    ¡Ah!, al Timonel, tengo que conseguir ese libro.

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  3. Ya he leído la novela y se lee de un tirón. Magnífico el personaje policía.

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