lunes, 25 de enero de 2010
No corre el tiempo
Se desboca el tiempo y, a pesar de ello,
ni los días ni los años recorridos,
que recuerdan y suman algunos,
¡quién sabe si envidiosos!,
se han notado a tu lado.
Un suspiro...
es a todo cuanto llego,
es todo lo que cuento
cada día, cada minuto, cada vez que te miro.
Y después de ese suspiro...
aún me queda tu pelo,
rubio y ensortijado,
el de tus primeros pasos,
el de tu niñez.
Pues no, para mí no corre el tiempo
mientras tu mirada siga siendo la misma
que, me imagino, tendrías
cuando corrías por La Quintana,
cuando, en tu ingenuidad infantil,
disfrutabas alegre, y sonreías.
Como ahora,
en que aún sigo viendo en ti
a la niña de cabellos dorados
que, segundo a segundo,
me ayuda a vivir.
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