Según nos cuenta hoy El Mundo, adiós al finiquito simulado
de Bárcenas de acuerdo con las sabias explicaciones de Cospedal hace unos meses
y las de Rajoy al congreso de los diputados. Resulta que el ex lo es solo desde
2012, lo cual quiere decir que se hartó de ganar y/o recaudar dinero dentro del
PP ocupando un cargo que solo él y sus amigos de entonces conocen. Sin embargo,
lo que sí es cada día más creíble es que en ese partido huele muy mal el asunto
de la financiación y aún más el reconocimiento
de haber cobrado sueldos, sobres o sobresueldos a manos llenas durante un buen
montón de años a costa de todos los españoles muchos de los cuales, entre los que no me incluyo, creían a pies juntillas que
los partidos políticos eran un ejemplo en este asunto del manejo de dinero.
¿Y ahora qué? No es probable, pero Rajoy podría pensarse
en volver a pasar por el edificio del Senado- esa institución tan inútil hoy en
España excepto para quienes se hinchan gracias a ello- y volver a explicar lo
que le venga en gana con el fin de auto convencerse y auto engañarse con las
funciones de Bárcenas en ese despacho “genovés”, que se me antoja cada mes que
pasa más coquetón sabiendo la gran cantidad de visitas “nobles” que acudieron
allí los últimos años.
Supongo que el Partido Popular también denunciará ahora a
este diario que publica semejantes cosas, igual que lo hizo con el País cuando
publicó las fotocopias de los papeles de Bárcenas. Sería consecuente con las memeces destiladas
a lo largo del último medio año por algunos de sus representantes, tanto por acción
como por omisión. Pero en este momento es mucho más saludable para sus
intereses enfocar la opinión de los españoles hacia ese asunto casi tricentenario
que es el Peñón. Deben de desear despertar en nosotros el honor patrio y solo
les falta a alguno de ellos que, como si rememoráramos otro dos de mayo, animar
al pueblo a que se levantara en armas contra la pérfida Albión. Aunque nos
vendan que somos países aliados en esa OTAN y en esa Europa de las que hablan,
siempre les queda un cierto resquicio para alimentar las llamas del patrioterismo.
El famoso “Gibraltar español” hoy es más inocuo que pedir al FMI o a Bruselas
que cambie su política económica respecto a España.
¡Qué sé yo, igual triunfaban mucho más gritos como “Rajoy,
vete y que te registren” o “Elecciones anticipadas ya”! Porque estas dos
expresiones dependen exclusivamente de nosotros, pero la de Gibraltar está en
manos de los peces gordos mundiales y van a hacer lo que les dé la santa gana.
Pásenlo
bien, sean felices y que la sonrisa no les abandone.
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