Bien, ya han pasado casi dos días desde que nuestro
querido presidente haya reconocido que se ha equivocado al confiar en un “falso
inocente”, pero no ha tenido nada que ver con un “presunto culpable”. ¡Qué
cosas dicen los políticos!
Como maestrín de pueblo, a mí me viene un crío con tales
palabras y me deja de piedra. Si tuviese que calificar estas expresiones en un
contexto semejante al de Rajoy y Bárcenas, me pondría el crío en cuestión en un
verdadero brete: ¿lo apruebo o lo suspendo? Lo más fácil sería hacerle pasar en
la hora de tutoría por el aula, si está libre, porque no hay despacho en
educación primaria para estas labores, y preguntarle el significado de tales
aseveraciones. Quién sabe si no me convencería de que su futuro, hiciese yo lo
que hiciese con su nota, lo tenía asegurado y le importaba un bledo lo que yo
sacase en conclusión de su ejercicio: sería un alto dirigente político y así podría decir las
gilipolleces que le viniesen en gana sin tener que jugarse el puesto, o mejor,
el aprobado, por culpa de un inútil como yo que no es capaz de diferenciar unos
conceptos tal sublimemente explicados como han sido los expresados por nuestro
querido presi pontevedrés. Cuando dicen por ahí que los gallegos nunca se sabe
si suben o si bajan, Rajoy demuestra ser el ejemplo más plausible de tal
proverbio.
No obstante, yo, ante la duda, hubiese puesto
sobresaliente al niño, no fuese que llegase también a presidente de gobierno y
nos colase otro Wert al cuadrado que recortase más aún en la educación pública
como venganza por no haberlo calificado como es debido en su más tierna
infancia. No quisiera yo verme como un falso inocente y cargar con esas culpas
achacándome lo de presunto culpable de tales medidas futuras.
¡Ay, Sr. Rajoy! Como decía Aristóteles “No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y
bajo el mismo aspecto”(fin de la primera cita)
Y después de siete
meses de camuflaje del PP con el caso Bárcenas le mencionaría la frase del escocés Thomas Carlyle: “Es peligroso comenzar con
negaciones, y fatal terminar por ellas” (fin de la última cita... del día)
Ya sabes: "Luis (perdón, Mariano). Lo entiendo. Sé fuerte. Mañana te llamaré (perdón, te escribiré).Un abrazo"
Ya sabes: "Luis (perdón, Mariano). Lo entiendo. Sé fuerte. Mañana te llamaré (perdón, te escribiré).Un abrazo"
Pasen una buena jornada y sean felices. No olviden sonreír.
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