Pues sí, amigos. Resulta que ahora la Agencia Tributaria
reconoce haberse equivocado en lo de las fincas de la Infanta Cristina Más aún,
hizo el ridículo de tal manera que los españoles no sabemos si reírnos o llorar
a la vista de las “explicaciones” del ministro del ramo, el sr. Montoro. Tardó varios
días en hablar para no decir nada. No hay responsables, pero quizá alguien caerá,
aunque sea el bedel del edificio donde se ubica esta Agencia.
Ya es chocante por sí mismo que un DNI que lleve solo dos
dígitos de repente se encuentre con que falsamente su dueña fuese propietaria
de un montón de pisos, casas y fincas, y además nos cuenten que pudo haber sido
porque uno de los dígitos pudo haberse cambiado o trastocado y aparecer todo a
nombre de ella, de Dña. Cristina.
Entendería la cuestión, aunque me costaría muchísimo debido
a que en las declaraciones pertinentes tendrían que haber aparecido dichas
propiedades, pero me niego a creer que fuese ese el error al que se refieren
para intentar explicar una situación que es más propia del absurdo más
absoluto, sino fuese por la gravedad de los hechos.
Si todas esas propiedades perteneciesen a una sola persona,
pase que se teclease mal un digito y saliera lo que salió, ¿pero cómo es
posible tal desatino si no hay español, aparte de la familia real, que tenga
solo dos dígitos en su DNI sino siete u ocho?
¿Pero cómo adjudicaron a la infanta propiedades de distintos
dueños? Tuvieron que equivocarse a la hora de realizar el informe con un montón
de DNI.
No sé si en esa Agencia habrá cámaras de seguridad. Sería
interesante que revisaran las grabaciones del día en que se hizo el informe
para saber qué había pasado. Alguien lo habrá hecho, digo yo. Siempre puede ser
posible que no apareciese nada grabado; entonces el problema se le podría
traspasar a Iker Jiménez para que iluminara en su programa el asunto. Quien
sabe si por esas oficinas no andarán fantasmas de otras épocas, de cuando la realeza
tenía a su disposición todos los medios del estado para despistar al
contribuyente.
Recuerdo haber leído en varias ocasiones en la prensa como
a algunos personas las habían confundido con otras y les habían emplumado
cargos por distintas causas que debían pagar por la vía de apremio si no querían
ver sus cuentas embargadas, y dichas personas tuvieron que dar mil y una vueltas
antes de poder esclarecer el asunto.¡Para volverse loco si te pasa algo así! Metido
en un embrollo sin comerlo ni beberlo simplemente porque alguien en las alturas
metió la pata hasta el fondo!
Y lo mismo le pasa a otra ciudadana de nuestro país, Dña Cristina
de Borbón, pero a ella es la administración la que mueve Roma con Santiago para
resolverle el asunto.
La justicia es igual para todos, eso dicen, aunque personalmente
no me lo creo.
Pasen un buen día y sean felices.
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