Al final Diego Torres se saldrá con la suya. Siempre
defendió que si su esposa era imputada, en la misma situación estaba la infanta
Cristina. Ahora un informe de la Agencia Tributaria, no sé si firmada solo por
el delegado en Cataluña ya que ningún
inspector quiso hacerlo- según Libertad Digital- exculpa a nuestra infanta aunque le atribuya alguna que otra facturita falsa
perdida por ahí. Al mismo tiempo se exculpa también a la señora de Torres de
fraude y tal, vamos que hablamos de responsabilidad penal. De esa manera, ni
una ni otra. Ahora que breguen los dos machos alfa de Nöos. Me recuerda un poco
a Ana Mato, que también dic que ella no es responsable de lo que hiciese su
marido, aunque bien que le fue con él. A fin de cuentas seguro que mucho no
necesitaba, ella ya cobraba bastante con el segundo sueldo que le abonaba el PP
por la puerta de atrás y que se ha descubierto ahora.
La ministra Santamaría, con la nueva reforma, declara que
es la hora de que los políticos se sacrifiquen. Y lo dice tan campante días
después de saberse los segundos sueldos millonarios cobrados por los miembros
de su partido. Que conste que no se han parado a investigar a los otros, porque
a lo mejor… Pero de momento a quien le toca es al PP.
A Aznar lo defiende la Fiscalía a capa y espada para que
no declare como testigo en el caso Bárcenas y no se le pregunte nada, no vaya a
ser que tenga que declarar lo que no se quiere que se sepa con total
certidumbre.
Los sindicatos UGT y CCOO son acusados por la juez Alaya
de haberse embolsado unos cuantos millones en el caso de los EREs andaluces. ¡Viva
la financiación externa a las cuotas de afiliados!
El cardenal Rouco nos habla de zoología y del cuidado de los animales, en concreto de
los chimpancés, comparándolos con la
defensa de la vida y la abolición del aborto, si fuese necesario, pase lo que pase
en el embarazo y quiera o no la madre, que para eso la mujer en la Iglesia
Católica siempre ha sido la segundona, la metida en conventos de clausura o
postergadas a cuidar de su marido entregada en cuerpo y alma a realizar las
tareas del hogar cuidando de sus hijos, tantos como Dios le dé.
Wert se reúne con el Consejo de Universitarios de Estado y
se va a los diez minutos, necio e imprudente por el cargo que ostenta, porque
nadie comulga con sus ocurrencias en cuanto a la ley que quiere poner en marcha
y menos aún en el tema de las becas. A fin de cuentas, ¿qué sabe Wert de educación?,
¿en qué puestos ha realizado trabajos sobre la enseñanza antes de llegar a
ministro? Ni sabe de lo que habla ni ha estado nunca en ningún lugar que lo
califique para dirigir algo tan importante, si no lo más, en un país. Y así nos irá en este tema como no
cambien las cosas.
Rubalcaba se abraza con Rajoy porque ha logrado un pactito de intenciones, buenas, pero sin nada concreto en lo que meter mano.
Y podríamos seguir, pero...
Hoy la luna llena va a estar tan clara en el cielo que
será el único día del año que la veremos así. Me he imaginado una luna hecha de
trozos de papel- léase de parados- unos seis millones, arrojada a un campo de
fútbol tan grande como España en la que todos le dan patadas hacia donde sea,
sin porterías, solo por el mero hecho de disfrutar dándole puntapiés. Y esos jugadores
(políticos de todos los colores y de todas las administraciones, muchos
sindicalistas, una gran cantidad de grandes y medianos empresarios, un buen número de periodistas pagados por el
poder, reyes, príncipes y princesas con sus adláteres, cabestros de dos patas,
vividores, algunos jueces y fiscales,
banqueros que no chupan banquillo, etc) , cada vez que una hoja de papel se
desenreda de la pelota y queda rota y suelta por el campo, gritarán a coro no gol
sino ¡mil parados menos! Y se abrazarán y saltarán y harán como los brasileños,
que se marcan un bailecito junto a la
banda, no para celebrarlo sino más bien como mofa del rival, o sea, de la
pelota y de los que asistimos como espectadores a esta bufonada. Al final la
luna de papel quedará tan deteriorada, con infinidad de papeles disgregados por
el campo, desgarrados, estropeados, despedazados, que la guardarán otra
temporada a ver si hay suerte y nadie se acuerda de ella; mientras, la goleada
más o menos grande, no de escándalo que para eso tendrían que haberla destruido
absolutamente, será celebrada con auténtico frenesí por esos rompepelotas que
creerán haber hecho una gran hazaña. Y así nos la venderán.
Pero no: la hazaña será de cada trozo de papel que logre
ser leído por alguien, que logre sobrevivir, porque cada uno de aquellos
originales, aquellos que un día fueron alguien, con cierta dosis de dignidad
que les permitía andar con la cabeza alta orgullosos de un estatus social que
habían conseguido a lo largo de muchos años de lucha, ahora se han convertido en
un puñado de desechos, justo lo que desean hacer esos jugadores en el próximo
partido con el resto de la pelota.
Un saludo y hasta el próximo. Pasen
un buen domingo.
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