jueves, 21 de enero de 2016

CORRUPTOS Y...CORRUPTORES TAMBIÉN


En esa operación Frontino en la que se investiga a varios dirigentes de la empresa pública Acuamed, el juez Velasco, aunque ha decretado prisión incondicional a cinco de ellos, haciendo ver en las declaraciones que se conocen que fueron los grandes organizadores y beneficiarios del fraude perpetrado desde esa empresa al Estado, ha dejado que otros ocho con fianzas risibles se paseen entre los ciudadanos. No hay mucha ejemplaridad en ello, pero las leyes que tenemos en este país así lo permiten, ¡qué le vamos a hacer!

Es interesante, y mucho también, conocer como una persona, ex directivo de Acuamed, puso al tanto de las tramas delictivas a sus superiores del Ministerio de Agricultura (que, por cierto, a día de hoy se han lavado las manos y no dimite ningún responsable de los nombramientos), pero los servicios jurídicos, por lo visto, no hallaron indicios de delito. ¡Menudos servicios jurídicos de los que dispone este Ministerio! Prefiero pensar que se equivocaron o que no estudiaron el caso como se debía (aunque esto sería un indicio claro de la inutilidad de las personas encargadas de su investigación), porque creer que pudiesen estar implicadas de una u otra manera, aunque sólo fuese de forma superficial o por amiguismo, supondría una red de corrupción demasiado amplia.

Pero más chocante aún es que el mismo juez Velasco haya detenido a tres altos directivos de tres grandes empresas constructoras españolas por participar de forma activa en este inmenso fraude, uno más de los cientos que asuelan nuestro país (¡anda, que no quedan empresas sueltas por ahí metidas en casos similares). No obstante, echo en falta, con excepciones contadas con los dedos de la mano siempre que aparecen casos de corrupción semejantes, la prisión incondicional para estos señores. Estos empresarios, lo mismo que los cargos públicos inmersos en el chanchullo, deberían estar todos en la misma celda, a buen recaudo, y devolver todo cuanto han robado a los españoles, amén de una fuerte multa que les deje, si no en bragas o calzoncillos, sí con lo puesto. Aparte, la inhabilitación total y absoluta para detentar un cargo que conlleve responsabilidades análogas a aquella por la que fueron detenidos u otras cualesquiera, para unos y otros, tanto en el ámbito público como privado. Ese ejemplo sería el ideal para que otros muchos, muchísimos, no se sintiesen tentados de hacer lo mismo. 

Sigan disfrutando del día y esperando con una sonrisa a que tanto los corruptores como los corruptos alguna vez sean condenados a penas de cárcel que se cumplan íntegras.

1 comentario:

  1. Esto de la corrupción no tiene arreglo, porque a fin de cuentas ¿quienes hacen las leyes?. Y ?
    ¿ En beneficio de quienes las hacen?
    Yo hace tiempo que perdí la fé y ahora ya perdí también la esperanza.
    Abrazos
    Gayoleru

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