El Rey, nuestro Jefe del Estado,
dicen, está recibiendo a los dirigentes o números uno de los partidos con representación
parlamentaria para conocer su opinión con respecto a un posible gobierno en
España y oyendo qué le tienen que contar sobre sus posibles o futuros apoyos a
uno u otro candidato. Como si no lo supiera él y los demás. Puede haber algún
que otro partido que aún no se haya decidido, sobre todo los de corte
nacionalista moderado, tipo PNV, que puede pescar en aguas revueltas, como
otros más radicales, pero lo que está claro hasta la fecha es que ni Rajoy ni
Sánchez cuentan con un número suficiente de votos para lograr el sillón presidencial.
Y nos cuentan que el Rey está esperando a que acaben todos los contactos para
elegir a Rajoy, que eso sí lo tiene claro desde el principio, para que intente
formar gobierno. ¿Para qué andar esperando semanas para volver a empezar con
otro candidato distinto? Yo no lo entiendo. ¡Qué más da que elija a uno que a
otro sabiendo como sabe cómo están las cosas! Lo mejor sería que se lo encargue
a los dos y allá ellos con sus pactos, con quien sea, si logran formar gobierno.
El que lo consiga en el Parlamento, pues Presidente. Y si no lo consigue
ninguno, después de unas semanitas de lanzarse diatribas, consejos, líneas
rojas y demás pendejadas, pues a las urnas y se acabó. ¡Está España como para
perder el tiempo entre mira tú a ver si puedes, y, si no, se lo mando a otro!
Perder el tiempo, eso es lo que harán con tanta tontería. O se ponen de acuerdo
uno de los dos con los demás, o entre ellos, o entre todos, o habrá que dejarse
de monsergas y de paños calientes. No obstante, algo que me choca es que sea el
Monarca el que tenga que decidir a quién se le encarga gobierno, por mucha ley
que así lo diga, como si él fuese Dios. Porque, que yo sepa, quienes han
decidido han sido los ciudadanos votantes en las urnas el pasado 20-D y estos,
y los no votantes también, pueden hartarse viendo que la situación actual de nuestro
país cada día se deteriora más sin que la clase política sea capaz de lograr
acuerdos para dirigirlos. Bien harían dejándose de acusarse unos a otros de líneas
rojas, que las ponen todos, y unirse en lo esencial: sacar a España de este
letargo social, laboral y económico al que no han llevado las políticas
encaminadas a favorecer a los amiguetes, como nos lo demuestran día a día los
casos, entre otros, de enchufismo, de acotar sillones para los más próximos, de
corrupción y de falta de ética en que andan metidos muchos de nuestros políticos
sin que haya habido una sola dimisión motu proprio.
Mientras, sigan
disfrutando de la vida, que tiene muchos momentos buenos, y echen una sonrisa
en cuanto puedan, que los demás se lo agradecerán.
Cada día me maravillas más con tus precisos y acertados análisis de la actualidad política.
ResponderEliminar¡ Chapeau! .
Gayoleru