Rajoy,
de momento, se desmarca de presentarse
para intentar formar un nuevo gobierno. Deja
que el Rey vuelva a charlar más o menos amigablemente con los representantes de
partidos a ver en qué queda la cosa, a
ver si Sánchez tiene suficientes votos para hacerlo, a ver si al final sólo
queda él y se convierte en salvador de la patria, el no va más, el súmmum de
las peripecias que puede llegar a tramar un político gallego. Ni subo ni bajo,
todo lo contrario; o lo que es lo mismo, me quedo a la mitad sentado como hasta
ahora, en el descansillo de la escalera, y desde ahí veo cómo lo hacen los
demás, hasta que se agoten, y entonces se convierta en el jefe de nuevo. Lo malo
para él es que Sánchez lo consiga, aunque también para eso tendrá
explicaciones. Siempre podrá decir eso de gobierno de las minorías o de los
perdedores, o de que se siente frustrado
puesto que los españoles lo habían elegido a él, a su PP, al ser la fuerza más
votada. Es una pena que, llegados a este caso, el de los resultados electorales
que se dieron, nuestro Presidente en funciones se haya quebrado de esta manera
tan cobarde, aunque, a la vista de su forma de gobernar y manejar algunos
asuntos de Estado durante los últimos cuatro años, se veía venir: me quedo quieto
y ya pasarán los problemas por mi lado. Lo malo es que esos problemas no se
detienen a charlar con él, debería haber sido Rajoy quien cogiera el toro por
los cuernos, como máximo representante del Estado (obviemos al Rey, por favor,
que en estas cosas, como en otras, no sirve para nada, sigue siendo una figura
decorativa) e intentar buscarles soluciones.
Así
que esta semana se presenta tan “estimulante” como las pasadas: el Rey
recibiendo a todos y todos sin decidir nada. Hace unos días comentaba aquí que
a santo de qué había que ir desgranando día a día las reuniones para ver a
quién se proponía, que era perder el tiempo, y más ahora con la repetición de
las mismas charlas estériles. Y eso está haciendo. Majestad, déjese de
protocolos y mándelos todos al Congreso para que decidan. Deles un plazo y, si
no coge ninguno el toro por los cuernos, convoque unas nuevas elecciones para
no seguir dejando a este país hecho unos zorros. Olvídese de nuevas reuniones,
ya que hace cuatro días que habló con ellos y sabe perfectamente de qué pie
cojean todos.
Feliz semana y sigan sonriendo, que es lo más estimulante de cada día.
Tienes razón, pero mientras tanto "ellos" siguen cobrando del erario público. Nosotros, siguiendo tu consejo, continuaremos sonriendo.
ResponderEliminarGayoleru