Comenzamos
el año con un espectáculo a tres bandas indescriptible. Por eso, desde las
cadenas de Tv, desde las emisoras de radio, desde cualquier diario nos bombardearán
un día sí y otro también con Catalunya (como dicen por allí), con el caso Nóos
y con la formación de gobierno en España. Entremedias, algún que otro asunto
interno de algún partido político, de algún político que se pasa de listo para
bien o para mal, dimes y diretes de acusados y acusadores, negociaciones raras
que no sabemos a dónde nos podrían llevar etc., pero que van a pasar casi
desapercibidos porque el meollo, o los meollos va a estar concentrados y bien
prietos en los asuntos que traen cola en estos momentos. Habrá análisis de
todos y de todo, nos van a cañonear con cualquier clase de anécdota convertida
en noticia trending topic por arte de los medios y de cuatro exaltados
de las redes sociales a los que les gusta más cualquier tipo de brebaje
nauseabundo que al oso la miel, porque el español de a pie es un enamorado de
esas cosas (véase si no cuáles son los programas más vistos en TV) y en cuanto
huele Uuna gotita de sangre se lanza como una hiena en su busca. Pero, claro, es a lo que nos
enseñaron desde el principio nuestros padres de las noticias, no a la verdad, sino a las curiosidades de los
casos que afectan a nuestra vida en sociedad, y como ejemplo baste decir que
una de las noticias del verano fue ver a Rato bañándose o en moto. No importa
si alguien roba, sino si lo hizo bien o no. Para el que roba le caen las
críticas más duras por parte de los encargados de enjuiciarles mientras que lo
haga a otros, pero si lo hace al conjunto de los españoles defraudando, por
ejemplo, a la Hacienda Pública pues no. Y para muestra basta un botón. El caso
Nóos. En este caso se saca de la chistera un eslogan, que es publicidad por lo
visto fraudulenta a la vista de quien lo dice, por más que intente venderlo de
otra manera, Hacienda somos todos. ¡Quedaron retratados la Agencia Tributaria y
los distintos Gobiernos que España ha tenido! Por fin, después de que todos los
ciudadanos lo supiéramos desde hacía años y años, la Abogacía del Estado nos lo
confirma. ¿Por qué? Porque la hermana del Rey está en un banquillo como
acusada. De lo contrario, ¡tururú! Ya iba siendo hora que la Agencia Tributaria,
esa que demoniza a cualquier otro ciudadano por un céntimo, declarase lo más
que sabido para todos nosotros, que no es otra cosa que existen españoles que
juegan con ella y hacen de su capa un sayo porque los distintos gobiernos que
hasta ahora hubo y hay, aunque sea en funciones, lo han permitido. Hacienda,
por fin nos han acabado de abrir los ojos, ya no somos todos: algunos estamos y pagamos; otros se aprovechan de
ella, es decir, de nosotros.Unos de primera y otros de sexta, de séptima o ni siquiera juegan en ninguna liga.
Aunque
haya sido ahora, bienvenida sea esa declaración de la abogada del Estado. Más
vale tarde que nunca, dice el refrán, para desgracia de los españoles. Pero,
digo yo, alguien tendrá que tomar medidas. ¿O vamos a seguir así, con Gobiernos y Jefes de Estado que miran sólo por los intereses personales y particulares de determinadas personas o de ellos mismos?
Disfruten
del día y sigan sonriendo, que eso aún no paga a Hacienda.
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