No sé si la peineta que Bárcenas, tan serio él y con cara
de mala hostia, se la habrá dedicado a la fotógrafa y a los periodistas nada más
en el aeropuerto al regreso de su tournée por los hielos canadienses o si, a la
vista de la foto, mirándonos fijamente desde las páginas de la prensa, no estará
dedicándonosla a todos los españolitos, pobres, que no hemos tenido la suerte
de acceder a esos sobres de los que se habla que él entregaba a sus amiguetes
del PP. Y no a cualquiera, eh, no a los afiliados de base que dan el curro,
como los de otros partidos, día tras día para ver como las altas esferas destruyen
todo lo conseguido por ellos a base del trabajo y del esfuerzo diarios, sino a
los encumbrados que piden transparencia a todas horas; ellos que en realidad viven
en el mundo de la opacidad, en un mundo de sombras donde no se distingue al
infeliz que pasaba por allí y que tienen para sacar en la foto en contadas
ocasiones dando ejemplo, de los vívales que llevan años y años presumiendo de
quitarle el chocolate al loro mientras ellos se han ido de francachelas un día
sí y otro también.
“Nosotros no le vamos a poner límites a la transparencia”,
decía el Sr. Arenas: “Transparencia, transparencia y transparencia”.
Pues, Sr. Arenas, la transparencia no consiste en negar la
mayor sin aportar ni una prueba que demuestre lo contrario de lo que hay, ni
tampoco con amenazar e incluso ir al juez a denunciar al Sr. Bárcenas o a los
medios que se han hecho eco de esas fotocopias incriminadoras, porque todos
sabemos lo que pasa en los juzgados y quizá lo único que se busca es alargar el
caso en el tiempo hasta que surja otro affaire en la oposición para darles más caña
a ellos con la repetitiva y nauseabunda coletilla del “y tú más” tan manida por
todos los grupos, olvidándose de la viga en el ojo propio.
¡Qué va, Sr. Arenas! Transparencia no es más que la
cualidad de transparente y, de acuerdo con la cuarta acepción de la RAE, significa
“Claro, evidente, que se comprende sin duda ni ambigüedad.” Pues
bien, hasta ahora los papeles de Bárcenas y su significado no han sido
explicados por su partido ni de modo claro ni evidente, y para qué vamos a
hablar de la ambigüedad.
De momento son más transparentes
las fotocopias de Bárcenas que las explicaciones dadas por ustedes. Así que
mucho tienen que mejorar en expresión oral para hacernos entender que todo eso
es falso y que Bárcenas no se trajo ni un céntimo a España gracias a la amnistía
fiscal procedente de dineros ilícitos o ilegales, como quiera llamarlos, obtenidos
a través de su cargo en el PP, que no cobró del PP durante los últimos dos años
sin dar un palo al agua y que en lo que Trías le contó al juez sobre los
sueldos en B no hay ni un ápice de verdad. ¡Difícil lo tienen!
Al menos, por ahora, mientras
nadie me demuestre lo contrario, me quedo con Bárcenas y con Trías. Y con esos
concejales que han empezado a dimitir asqueados con lo que hacen en la cúpula
del que hasta hace unos días era su partido y del que se sentían orgullosos.
Un saludo y pasen un buen día.
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