Ya tardaba. Hace unos días me extrañaba de la afonía que
afectaba a nuestra Espe. Pero ya se ha recuperado, ya ha salido de nuevo a la
palestra con su desparpajo de siempre, con su labia, con su buen hacer, sin
vergüenza, no dejando títere con cabeza, entrando a fondo en los temas más
candentes de la actualidad peperil, dejando
caer al tiempo alguna carga de profundidad desestabilizadora dirigida a sus conocidos
compañeros de viaje que presumen de guías turísticas de allende de Despeñaperros
en las que se dan a conocer entre otras bondades los maravillosos usos que se
da al dinero público en las políticas de empleo, y dando Dña. Espe soluciones
para arreglar este país Ya sabemos como es ella de jovial, echada “p’alante”, clara
y concisa en sus explicaciones y, aunque vayan en vagones distintos del mismo
tren de la corrupción que hace paradas por todas las Comunidades de España,
incluso pasando por las islas y por las ciudades autónomas, nunca se calla lo
que considera que es más justo, no se corta un pelo para decir lo que piensa
aunque moleste con sus opiniones.
Todos sabemos que es un tren debidamente acondicionado,
con todo tipo de comodidades, tirado por una locomotora que a fecha de hoy aún
aguanta lo que le echen, incluso bautizada con el nombre tan pomposo que los
viajeros le dan de Democracia y con una fuerza equivalente a la de más de
cuarenta millones de burros y mulas, y que arrastra detrás varios vagones
enormes con nombres tan rebuscados algunos como Pepé, Pesoe o Cíu entre otros,
ocupados por algunos viejos elefantes acompañados, pese a no tener billete, por
sus dueños encargados de aportar el dinero necesario para comprar todo tipo de
alimentos con el fin de que no pasen hambre o procurarles cualquier clase de
comodidad para que no se rebelen y les den algún disgusto, no vaya a
descarrillar este bonito tren.
Se nota, por el número de elefantes u dueños, que faltan bastantes,
quizá porque no se enteraron de la hora de salida del tren o porque llegaron
tarde, y a esos solo les queda el derecho al pataleo. Pueden coger otro medio
de transporte para alcanzarlo y subirse a él en una de las paradas, esperar por
el próximo o irse a su casa y despotricar contra el jefe de estación por no haber
esperado a dar la salida hasta que llegaran ellos. Pero ya no será lo mismo. Cuando
quieran volver, ya encontrarán todo el pescado vendido, la lonja cerrada y no
les quedará más remedio que esperar a la próxima costera.
Y la Sra. Aguirre, avispada ella, aunque algo olvidadiza (no
recuerda, por ejemplo, lo que significó en su comunidad Fundescam, entre otras
cosas), se lanzó a hacer propuestas de todo tipo con el fin de lograr algo de
notoriedad, ya que a ella no la habían ni siquiera avisado de la salida del
tren y se consideraba seguramente ninguneada.
Entre las perlas salidas de su boquita de piñón, algunas
son verdaderamente esclarecedoras de lo que necesita nuestro país: “es
necesaria una regeneración democrática”, supongo que lo dirá por muchos cargos
públicos que conoce, pero está bien que lo reconozca, que caiga de la burra, cosa
que ya hemos hecho millones de españoles; “dar el poder a los ciudadanos”, que
es reconocer que hasta ahora no lo tenían a pesar de las urnas porque estaba
secuestrado por la partidocracia; “acabar con los corruptos mediante un sistema
que proteja los derechos y libertades, pero que sea rápido”, aunque no tengo
claro lo que quiere decir después de su paso por la Presidencia de la Comunidad
de Madrid; “la justicia lenta es una justicia injusta”, es decir, como también
hacen millones de españoles, una crítica demoledora a los jueces de casos como Gürtel o Urdangarín, entre tantos como hay
abiertos por casos de corrupción en España y que cuando sentencian ya pasaron dos
generaciones;”acabar con las listas cerradas y bloqueadas”, no está mal, más
vale tarde que nunca, pese a que mucho me temo que entonces ella tendría pocas posibilidades
de salir elegida a poco que los ciudadanos piensen un poco;”hay que liberalizar
todo lo que esté sometido a un permiso o licencia, que es lo que incita a la
corrupción”, ¿no me diga?, así que lo que denuncia es que ahora los elefantes, inocentes
criaturas ávidas de libertad y de correr sin control, son incitados por sus
dueños para entrar en la cacharrería y destrozarlo todo, de tal manera que estos
puedan comprar un negocio a precio de saldo y, luego, mediante una ligera capa
de pintura, vendernos el producto como nuevo a precio de nuevos ricos, mientras
que después de liberalizar los venderán sin capa de pintura siquiera; y así siguió soltando y soltando, mientras los
escuchadores y lectores de sus palabras alucinábamos en colores.
Hay veces que, cuando se quiere caer bien, se dicen
verdades, pero eso no implica que se esté de acuerdo con llevar a cabo eso que
uno dice. Y eso le pasa a nuestra ex presi, que quiere acercarse al pesebre
mayor y sabe que tiene que contar cosas que sean del gusto de los ciudadanos.
No en vano, aunque haya remarcado que no contempla volver
a la primera línea de la política, y eso que es la Presidenta del PP madrileño
y da a entender así que este puesto es de segundones, se presenta voluntaria y
que se puede contar con ella para todos los cambios que se han de hacer en
España, porque esta es su vida.
Se lo digo sinceramente, Sra. Aguirre, vale más para
nuestro país que usted siga buscando talentos. Deje el asunto a un lado, no nos
haga ese favor que nadie se lo va agradecer, excepto los pelotas de siempre, y
a esos usted ya los conoce. No se fíe de ellos.
Un saludo y tengan un buen día.
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