jueves, 7 de febrero de 2013

¡YA TARDABA LA SRA. AGUIRRE!

Ya tardaba. Hace unos días me extrañaba de la afonía que afectaba a nuestra Espe. Pero ya se ha recuperado, ya ha salido de nuevo a la palestra con su desparpajo de siempre, con su labia, con su buen hacer, sin vergüenza, no dejando títere con cabeza, entrando a fondo en los temas más candentes de la actualidad peperil,  dejando caer al tiempo alguna carga de profundidad desestabilizadora dirigida a sus conocidos compañeros de viaje que presumen de guías turísticas de allende de Despeñaperros en las que se dan a conocer entre otras bondades los maravillosos usos que se da al dinero público en las políticas de empleo, y dando Dña. Espe soluciones para arreglar este país Ya sabemos como es ella de jovial, echada “p’alante”, clara y concisa en sus explicaciones y, aunque vayan en vagones distintos del mismo tren de la corrupción que hace paradas por todas las Comunidades de España, incluso pasando por las islas y por las ciudades autónomas, nunca se calla lo que considera que es más justo, no se corta un pelo para decir lo que piensa aunque moleste con sus opiniones.
Todos sabemos que es un tren debidamente acondicionado, con todo tipo de comodidades, tirado por una locomotora que a fecha de hoy aún aguanta lo que le echen, incluso bautizada con el nombre tan pomposo que los viajeros le dan de Democracia y con una fuerza equivalente a la de más de cuarenta millones de burros y mulas, y que arrastra detrás varios vagones enormes con nombres tan rebuscados algunos como Pepé, Pesoe o Cíu entre otros, ocupados por algunos viejos elefantes acompañados, pese a no tener billete, por sus dueños encargados de aportar el dinero necesario para comprar todo tipo de alimentos con el fin de que no pasen hambre o procurarles cualquier clase de comodidad para que no se rebelen y les den algún disgusto, no vaya a descarrillar este bonito tren.
Se nota, por el número de elefantes u dueños, que faltan bastantes, quizá porque no se enteraron de la hora de salida del tren o porque llegaron tarde, y a esos solo les queda el derecho al pataleo. Pueden coger otro medio de transporte para alcanzarlo y subirse a él en una de las paradas, esperar por el próximo o irse a su casa y despotricar contra el jefe de estación por no haber esperado a dar la salida hasta que llegaran ellos. Pero ya no será lo mismo. Cuando quieran volver, ya encontrarán todo el pescado vendido, la lonja cerrada y no les quedará más remedio que esperar a la próxima costera.
Y la Sra. Aguirre, avispada ella, aunque algo olvidadiza (no recuerda, por ejemplo, lo que significó en su comunidad Fundescam, entre otras cosas), se lanzó a hacer propuestas de todo tipo con el fin de lograr algo de notoriedad, ya que a ella no la habían ni siquiera avisado de la salida del tren y se consideraba seguramente ninguneada.
Entre las perlas salidas de su boquita de piñón, algunas son verdaderamente esclarecedoras de lo que necesita nuestro país: “es necesaria una regeneración democrática”, supongo que lo dirá por muchos cargos públicos que conoce, pero está bien que lo reconozca, que caiga de la burra, cosa que ya hemos hecho millones de españoles; “dar el poder a los ciudadanos”, que es reconocer que hasta ahora no lo tenían a pesar de las urnas porque estaba secuestrado por la partidocracia; “acabar con los corruptos mediante un sistema que proteja los derechos y libertades, pero que sea rápido”, aunque no tengo claro lo que quiere decir después de su paso por la Presidencia de la Comunidad de Madrid; “la justicia lenta es una justicia injusta”, es decir, como también hacen millones de españoles, una crítica demoledora a los jueces de casos como  Gürtel o Urdangarín, entre tantos como hay abiertos por casos de corrupción en España y que cuando sentencian ya pasaron dos generaciones;”acabar con las listas cerradas y bloqueadas”, no está mal, más vale tarde que nunca, pese a que mucho me temo que entonces ella tendría pocas posibilidades de salir elegida a poco que los ciudadanos piensen un poco;”hay que liberalizar todo lo que esté sometido a un permiso o licencia, que es lo que incita a la corrupción”, ¿no me diga?, así que lo que denuncia es que ahora los elefantes, inocentes criaturas ávidas de libertad y de correr sin control, son incitados por sus dueños para entrar en la cacharrería y destrozarlo todo, de tal manera que estos puedan comprar un negocio a precio de saldo y, luego, mediante una ligera capa de pintura, vendernos el producto como nuevo a precio de nuevos ricos, mientras que después de liberalizar los venderán sin capa de pintura siquiera;  y así siguió soltando y soltando, mientras los escuchadores y lectores de sus palabras alucinábamos en colores.
Hay veces que, cuando se quiere caer bien, se dicen verdades, pero eso no implica que se esté de acuerdo con llevar a cabo eso que uno dice. Y eso le pasa a nuestra ex presi, que quiere acercarse al pesebre mayor y sabe que tiene que contar cosas que sean del gusto de los ciudadanos.
No en vano, aunque haya remarcado que no contempla volver a la primera línea de la política, y eso que es la Presidenta del PP madrileño y da a entender así que este puesto es de segundones, se presenta voluntaria y que se puede contar con ella para todos los cambios que se han de hacer en España, porque esta es su vida.
Se lo digo sinceramente, Sra. Aguirre, vale más para nuestro país que usted siga buscando talentos. Deje el asunto a un lado, no nos haga ese favor que nadie se lo va agradecer, excepto los pelotas de siempre, y a esos usted ya los conoce. No se fíe de ellos.

Un saludo y tengan un buen día.

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