sábado, 9 de febrero de 2013

¡UN FUTURO DESLUMBRANTE!

Ya tenemos un tándem pistonudo. ¿Os imagináis a Esperanza de presidenta y a Rosell de Ministro de Trabajo? ¡Quién los vería! Lógicamente habrá desaparecido Rajoy, Mato, Botella, Cospedal, Bárcenas y Cía. Añadiría también otras figuras clave para el desarrollo de su programa de gobierno. A veces las apariencias engañan e igual estaría Gallardón que, aunque hace años parecía lo más de lo más en el PP, últimamente se ha quitado la careta y no desmerecería junto con estas dos piezas; quizá Carromero podría hacerse cargo de la Dirección general de tráfico y Cifuentes de Interior; Ignacio Glez, de un nuevo ministerio de Sanidad y Educación; en industria, Luis Conde, el de la empresa cazatalentos; en exteriores, el de  Eurovegas, el tal Sheldon Adelson, no todos iban a ser españoles, que este conoce mundo; a Rato al frente de la economía , que se lo sabe todo del tema; y a …
La presi se dedicaría en cuerpo y alma a regenerar la política española; Rosell a crear puestos de trabajo a un euro la hora; Sheldon a sus casinos y a extender la marca España por el mundo; Gallardón a hacer leyes nuevas o cambiar las actuales, por ejemplo para que se pueda fumar, beber, prostituirse, jugar y hacer trampas, y…, bueno lo que diga la presi y Sheldon; Carromero se encargaría de que el tráfico mejorase y se acabaran los accidentes con muertos en la carretera; Cifuentes además  haría realidad sus ansias de dejar las calles hechas un jaspe custodiadas por una policía que no tendría otra cosa que hacer; Rato levantaría la economía española hasta límites insospechados, de tal manera que hasta Merkel quedaría patidifusa,; Luis Conde se encargaría de buscar a los mejores para que la industria española resurgiese de sus cenizas; y más y más.
Iba España a convertirse en un iceberg enorme, colosal, el más formidable que hubiesen visto los tiempos. Este país sería la repera.
Como sabéis, en una mole de hielo de estas, una normal no a lo bestia, de esas que se desgajan por la Antártica, solo una novena parte aproximadamente es visible, es decir se halla en la superficie, el resto va sumergido.  Pero España no, España sería un iceberg gigantesco cuyo volumen sería semejante al de cuarenta y siete millones de personas. La proporción entre parte visible y sumergida sería más o menos de uno por cinco mil. Algo así como cuarenta y seis millones novecientas noventa mil personas por debajo del agua y unas diez mil por encima. Las de abajo ahogándose y las de arriba, los políticos regenerados y miembros de la CEOE, disfrutando y bailando encima de las de abajo que han de soportarlos quieran que no, ya que estarían ahogados aunque formando un bloque compacto indestructible.
Y este país volvería a por sus fueros imperiales convirtiéndose en la mayor potencia económica del mundo. Ni Cataluña se querría separar. Entonces, Esperanza y CÍA andarían por el mundo como cuando, allá en tiempos de Felipe II, se decía que en España nunca se ponía el sol.
¡Qué futuro deslumbrante nos esperaría! Sí, alguien me dirá que no sé qué íbamos a ver si estaríamos ahogados debajo del agua. Ni caso, esos son los pesimistas y antipatriotas. Imagínenselo, por favor. ¡Qué gozada, qué orgullo, qué satisfacción saber que, gracias a nosotros, ellos, los que están en la superficie, ven cuando sale el sol. No seáis envidiosos, humildad ante todo y responsabilidad.
Un saludo y hasta mañana.

 

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