¡Qué cosas, eh! Resulta que hay gente que supone que el
mero hecho de no pronunciar un nombre hace que de repente desaparezca. Ni
existe ni nunca ha existido. Todo él y cuanto se halle a su alrededor se
volatiliza en cuestión de menos de un segundo. Pertenece a la nada y esto, por
lo tanto, no tiene consistencia, por algo es nada. Puede quedar constancia para
los libros de historia de su existencia, pero serán restos arqueológicos,
paleontológicos, antropológicos, lo que sea, de antes de la Prehistoria con
todos los visos y la apariencia de un
montaje con el único afán de la notoriedad. El presente no lo reconoce y por lo
tanto, adiós que te vaya bien. Todo es falso y, si acaso, por allí pasó Mr. Proper para dejarlo todo tan limpio
como la patena.
Es lo mismo que queden restos documentales que no. Si la
persona no existe, esos restos tampoco son ciertos. Han de ser por fuerza
restos inventados por alguien con el fin de intentar dar visos de verosimilitud
a alguien con trazas de personaje de novela descacharrante de ficción.
No lo nombro, ergo no existe.
Esto debió de pensar Rajoy ayer en el congreso durante el
debate en el que, aunque no lo pareciese, lo que quedó claro fue que la nación
estaba en estado, embarazada de tanto corrupto político sinvergüenza, tanto por
acción como por omisión. ¿Que por qué digo esto? Muy fácil: si no fuese así,
¿se creen ustedes que se hubiesen mostrado de acuerdo todos los partidos EN que
uno de los asuntos más importantes en los que debían de llegar a un acuerdo era
a un pacto contra la corrupción o una ley de transparencia? ¡Qué va!
Lo que sí es absurdo es que entre los que van a intentar
llegar un acuerdo haya gente que fue y es responsable por su cargo, desde donde no hicieron nada o no se enteraron, de que algunos o más de
sus correligionarios hoy, o en años anteriores,
se hallen en manos de la justicia a la espera de juicio precisamente por esos
casos de corrupción. ¿Qué credibilidad va a tener ese Pacto? Ninguna. A excepción
de los ilusos y de los pelotas que a todo dicen amén Jesús.
Pasen un buen día. Cuidado con ese
temporal que, dicen, se acerca con nieve, frío y demás. Un saludo.
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