Después de la aparición de los manuscritos del ex tesorero
que publicó ayer El País, el reconocimiento de algunos políticos de primera fila
del cobro de esos sobresueldos, de que hasta ahora nadie haya puesto en duda la
autenticidad de dichas cuentas, hayan sido los pagos en B o en A, de que se
hayan saltado a la torera el importe de las donaciones a los partidos hasta el
máximo que permitía la ley, de que, en fin, alguien les haya puesto un petardo
dentro de la tarta y la hayan hecho
explotar poniendo perdidos a todos cuantos estaban alrededor, a todos estos
dirigentes del PP, desde el primero al último implicados, solo les quedan dos
soluciones: o demuestran la falsedad de esos papeles, cosa harto difícil después
del reconocimiento de algunos miembros de su partido de que son reales esos
datos, o la dimisión inmediata, tanto de Rajoy, de Cospedal, de Cascos, y de
todos los demás, la disolución de los
parlamentos de España y de Castilla-La Mancha y la convocatoria de elecciones
ya. Es la única manera de que los españoles volvamos a pensar que al menos
existe un mínimo de decencia entre nuestra clase política
Esto último sería lo lógico en un país occidental, en una
democracia joven o no, cuando suceden hechos tan dañinos para ella como estos. Pero
mucho me temo que estas decisiones no entren dentro de su código ético, en el
de los partidos políticos españoles. Solo existen o se piden cuando afectan a
los otros, a la oposición. Pero, incluso si llegase por una casualidad a
suceder, en España tendríamos un problema: ante unas elecciones no habría a
quien votar con un mínimo de seriedad u de responsabilidad. ¡Con menudo papelón
se encontraría el votante ante las urnas!
El caso es que los ex tesoreros implicados amenazan con
emprender acciones legales contra el diario que publicó la noticia, pero de
momento se han quedado en eso, en palabras. Cospedal también amenaza pero, claro,
lo tiene más crudo. Ha de tener en cuenta que el mismo Presidente del Senado hace
alusión a la veracidad de los papeles admitiendo que él pidió cinco millones de
las antiguas pesetas al PP en un crédito que devolvió. ¡Cómo van a ir mal los
bancos, si hasta el PP funcionaba como tal! El caso es que Cospedal, a estas
declaraciones, contesta diciendo que será verdad, pero que no valida los papeles.
Bueno, si usted lo dice, pero al menos déjenos pensar que, si uno de los datos
es reconocido y real, alguno más habrá, ¿no?
Y además se sienten ella y sus amigos “indignados”. Señora,
por favor, elija otro adjetivo, que esta palabra tiene para alguno/a de sus correligionarios/as
una acepción que a usted no le gustaría oír.
Los que están indignados de verdad son los españoles que
se encuentran ante la tesitura de buscar trabajo sin encontrarlo porque no lo
hay, mientras unos papeles con toda la
pinta de ser verdaderos les explican con pelos y señales los chanchullos de
unos políticos impresentables (este adjetivo sí le valdría, Sra. Cospedal) que
están llevando a este país hasta el fondo más oscuro al que nunca había llegado
a lo largo de su etapa democrática.
Por mí, se pueden
meter las auditorias donde les quepan. No me pienso creer ninguna. Y es
que mientras no demuestren fehacientemente la falsedad de esos papeles, cada
minuto que pasa están ustedes detentando unos cargos que deberían conllevar por
lo menos un mínimo de moral, integridad y vergüenza del que ustedes en este
momento carecen.
Pasen un buen día y no
les den muchas vueltas a lo anterior. Lo que tenga que pasar pasará. Un saludo.
Yo tambien me declaro inocente, pero no porque afirme que no cometí ningún delito, sino "inocente de los del dia 28 de diciembre", o sea de aquellos a los que nos dan una palmada en la espalda como si nos saludaran y aprovechan para pegarnos un monigote de papel y así creen que siguen riéndose de nosotros. Vaya tropa, " no tienen remedio"
ResponderEliminarHermano mayor