Ya tenemos en España dos Arturos Fernández para encuadrar.
El primero, asturiano como yo, actor y de quien disiento totalmente en cuanto
al concepto que tiene de la defensa de los derechos laborales y sociales ante
la injusticia, que espetó no hace tantos meses en un programa de televisión, de
cuyo nombre gatuno no quiero ni acordarme, que la gente que va a una
manifestación es fea, sacada de campos de concentración para soltarlos en
manada por la calles. Así que este “chatín” quedó automáticamente deslegitimado
para opinar con razón en una democracia por la falta de respeto que demostró y
solo le faltó autoproponerse para trabajar como guardia en esos campos de los
que habla. Yo me imagino un personaje semejante en la Alemania de Hitler y me
echo a temblar. ¡Qué nostalgia de otros tiempos, chatín!
Y el segundo Arturo Fernández nos ha saltado a la palestra
ayer, aunque parece ser que ya era más que conocido por sus hazañas en la
Comunidad de Madrid, siendo presidente de los empresarios de esta región
Este señor paga a sus empleados, según la denuncia de
alguno de ellos a la Cadena Ser, en dinero negro; más sobres por ahí sin que
nadie sepa de donde salen. Esto de los sobres y el B debe de ser la moda desde
hace unos años por Madrid, y en provincias sin enterarnos, ¿o también hay
sobres y B?
Resulta que este ejemplo de empresario, vicepresidente de
la CEOE, es decir del equipo de Rosell (el que no cree en la EPA, el que
mandaría a casa con subsidios a miles de funcionarios, etc.), parece ser que ya ha sido
sancionado con cerca de medio millón de euros por impagos de cuotas a la
Seguridad Social, tiene abiertos varios procesos de sanción y de reclamación administrativa
y cuatro sanciones de la tesorería de la Seguridad Social. Además, según El Economista,
debe al Instituto de Turismo de España cerca de tres milloncejos de nada y,
según Vozpópuli, unos dos millones a Ifema, los cuales nadie le reclama, ¡qué
cosas y qué suerte tiene que nadie del Ifema se acuerda de ese nadería!.
O sea, un santo, un claro ejemplo de los grandes
empresarios de este país.
Y, como Rajoy cuando le preguntan que qué pasa con esos
sobres, tiene a mano la respuesta oficial de estos escalones del poder: todo es
falso, aunque puede haber habido algunas irregularidades a lo largo de los
años. ¿Y por qué? Pues porque, como el entramado hostelero es tan complicado,
las nóminas también lo son y puede escaparse cualquier cosa, hombre. Este señor
es un inepto. ¿A quién tendrá encargado de confeccionar las nóminas? ¡No habrá
gente o empresas más que cualificadas en España para hacerse cargo de estas
cosas sin que la complicación sea una disculpa! Si hasta él mismo puede crear
una para ello. Aunque no me creo entonces que no cometa irregularidades, pero a
conciencia y con fines espurios.
Pues este amigo de Esperanza Aguirre, otra que aparece en
cuanto hay casos de estos por allí, ya logró unos cuantos concesiones
hosteleras en edificios públicos de la Comunidad madrileña. Pero no es que la Espe
tuviera nada que ver, aunque gobernase, que también la esposa del actual
Presidente, Ignacio Glez, es la vicepresidenta de la CEIM, la patronal
madrileña de la que Arturo es presidente. ¡Cómo se lía la madeja!
Y mientras esto pasa y los inspectores de Hacienda exigen
investigar lo de los dichosos sobrecitos B, De Guindos, ministro que sigue en
el guindo o le interesa estar subido en él, nos cuenta que "Si efectivamente hay algún comportamiento que es
incorrecto, algún comportamiento que va contra la normativa tanto en el ámbito
laboral como en el ámbito fiscal, se va a actuar y se va a actuar aplicando la
ley". Señor De Guindos, ¿cómo se va actuar aplicando la ley si no se
investigan los hechos?
Sr. Rosell, se rodea usted de la crème de la crème. Y más
vale que el refrán “”dime con quién andas y te diré quién eres” no se cumpla en
su caso.
En España, hasta que no haya una verdadera regeneración política
y empresarial seria, llevada a cabo por gente ajena a todo el entramado de
pillos que vive a cuenta de todos nosotros, no puede ningún gobierno
convencernos de la necesidad de apretarnos el cinturón para levantar el país,
aunque sí lo puede realizar por la fuerza, justo lo que hace ahora.
Pasen un buen día,
que es Carnaval. Un saludo.
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