lunes, 18 de marzo de 2013

LA ORADORA Y LAS PENSIONES


¡Hasta donde llega la hipocresía! La abogada del estado, esa cuya labia dejó anonadados a todos los espaldes con la explicación del finiquito en diferido y como simulado, ahora vuelve por sus fueros después de unos días semicallada o agradeciendo en loor de multitudes populistas el apoyo que le prestan desde su partido, sobre todo su jefe que descubre al mundo que ha sido siempre una mujer que nunca ha dicho no a cuanto le propuso. ¡A saber que proposiciones le habrá hecho para que nunca se negase a hacerlo! No considero normal que haya alguien que nunca haya discrepado con su superior o igual por una cosa u otra, eso sí, sin que la sangre llegue al río, que para eso está la discusión, el debate, la negociación ante diferentes respuestas a un problema y el respeto que siempre ha de imperar hacia las ideas de los demás.
Ahora vuelve ella, la abogada estatal, la secre del siempre sí, la presi que intenta hacer de muchos castellano manchegos corredores de fondo, o incluso de maratón, cada vez que tengan una urgencia médica, que estaría mejor callada que soltando tantas chorradas como salen de su boquita de piñón fijo. (No la voy a nombrar, y no porque en el PP a lo mejor me riñan, que todo puede suceder haciéndolo con determinado Método, sino porque no me da la real gana- no la “real” de la casa juancarlista, esa que Nóos trae a todos de cabeza- y porque me la refanfinfla tanto ella como ese cinismo popular que despliegan con tanta energía para defenderse de lo que parece indefendible, esa desvergüenza con la que quieren ocultar sus miserias en vez de dar la cara y llamar a las cosas por su nombre).
Y esta señora nos cuenta ahora que su partido, ese en el supuestamente debían militar alguna que otra cabra ya que se acercaban con sus manos temblorosas por la emoción extendidas hacia el cabrón que las cuidaba con auténtico frenesí,  por fin ha garantizado el presente y el futuro de las pensiones. ¿Y cómo? Pues permitiendo que los mayores se jubilen un día o dos antes de celebrar su entierro. Si por el PP fuese no me extrañaría que a cada uno de estos, siguiendo los ejemplos estadounidenses, los enterrasen con la bandera española cual héroe fallecido en cumplimiento de se deber.
¿Y el que quiere jubilarse a la edad que marca la ley, esa que de año en año sube más y más y más? Bueno, ese, como no quiere trabajar hasta la extenuación y quiere disfrutar de los años que le queden en esta ahora mismo miserable tierra que pisamos, que se pudra con una pensión de m…, para que aprenda y, sino, que se metiera a la política, que algo más podría sacar. 
Comentó la antes mencionada joya de la oratoria que, otra vez gracias a ese partido al que votaron no sé cuantos millones de españoles engañados por el apóstol Rajoy, a partir de ahora los mayores cada vez viven más y mejor. Lo de más, ya sabemos para qué, para dar el callo y reventar en el trabajo, si no los echan antes a la calle o no aparece un minstro cuasinipón que les mande morirse. Y lo de vivir mejor, será que lo dice por ella y por muchísimos de esos chupasangres que tenemos repartidos por los gobiernos y que se conceden pensiones vitalicias con solo ocho años cotizados haciendo como que trabajan. Esa señora de la mantilla de Corpus no se entera de la realidad en que viven los mayores en este instante en España. ¿Cómo se va a enterar con lo que ella gana? Aún recuerdo, no hace tanto, a una de sus amigas del aplauso fácil, la ex de Madrid y ahora cazatalentos de pro, como declaraba que con su sueldo de presi de la comunidad le costaba llegar y a veces no llegaba a fin de mes.
De verdad que, a este paso y con esta gente, lo de las pensiones lo tenemos crudo. A ellos no les importa, ellos ya se ocuparon de que el estado les pague su plan de pensiones. Y otros ya tienen el puesto asegurado, en cuanto dejen la politica, en empresas con sueldos vergonzosos.
Por hoy, no me encabrono más. Pasen un día, que yo voy a intentarlo. Un saludo.
 

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