Y ese querido presidente de los EEUU, al que no sé si le quieren
más por él mismo o por su esposa, mujer ahora muy de moda en las noticias de
corazón y de la moda, llegó a Israel y soltó un discurso muy aquello con lo que
de él se esperaba. Mucho Israel y mucho apoyo. De vez en cuando quiso ponerse
un poco dispuesto al diálogo con el pueblo palestino y le espetó a la juventud israelí que pensaran en
lo que sería, como les sucede ahora mismo, nacer y vivir en un país no reconocido
e invadido por en ejército extranjero como es el caso en este momento de un niño
palestino. Obama tiene que quedar bien, a fin de cuentas la mayor parte del
dinero que se encuentra en los EEUU se halla en manos del poder judío. O sea,
que, blanco y en botella… Pero además por ahí alrededor andan países que no
despuntan precisamente por tener unas relaciones cordiales con ellos, Líbano,
Siria, Jordania, donde no es oro todo lo que reluce, Egipto, un poco más allá Irak e Irán, etc. Así que
como para ponerse abiertamente a favor de Israel y de sus barrabasadas que recuerdan
en ocasiones a hechos casi similares a los que ellos mismos sufrieron a finales
de los años treinta del siglo pasado y que nos hicieron abrir los ojos como
platos y escapársenos incluso las lágrimas ante tanto horror como siguió a
aquello. Cuando Obama declara que está comprometido con la consecución de
un estado palestino independiente, debería también pararles los pies a quienes
lo impiden.
No obstante, no estaría de más que apareciese también por Marruecos
para explicarles algo sobre el Sahara Occidental y contarle en la cara a
Mohamed VI lo mismo que a Netanyahu. Porque, que no se olvide, fue uno de los
presidentes que lo antecedieron, Gerald Ford, el que mostró todo su apoyo a Marruecos
en 1975 durante la famosa y aberrante Marcha Verde encaminada a quedarse con
aquel territorio que no le pertenecía y donde implantó un estado de terror para
los saharauis hasta el punto que muchos miles de ellos se hallan expatriados en el Tinduf argelino porque no
disponen de las suficientes condiciones de libertad que deberían de tener en su
propio país también con un ejército invasor.
Obama debería de mostrar todo su apoyo al Sr. Ross, enviado
personal del secretario general de la ONU, y acallar, porque medios tienen para
ello a su disposición, las órdenes dadas desde altas instancias a la prensa
marroquí para iniciar una campaña contra él porque viene a intentar poner fin a
una situación que debería avergonzar al mundo accidental, empezando por España
que firmó aquellos ilegales Acuerdos de Madrid en 1976 con Mauritania y Marruecos.
Que Palestina y el Sahara son problemas diferentes está claro;
pero que las consecuencias las están pagando sus ciudadanos de forma similar también. Hay más, piense en el Tibet o en el Kurdistán.Pero resolver los dos primeros serían un gran paso.
Ya lo sabe, Sr. Obama, hay más pueblos a los que desde su
gobierno se les puede echar una mano porque, nos guste más o menos, aún su país
manda mucho en determinados ámbitos, léase Israel o Marruecos, y se hace en
gran parte lo que ustedes desean, a poco
que se lo propongan, en estos temas.
Un
saludo y hasta mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario