domingo, 10 de marzo de 2013

OPTATIVAS Y SALIDAS EXTRAESCOLARES


He leído con estupor que un padre ha presentado una queja en el colegio de La Foz- Morcín (Asturies) porque su hijo no ha ido a una salida extraescolar programada por una profesora para sus alumnos y a cuya asignatura el niño no asistía. Incluso se montó la marimorena en prensa por este hecho. No lo entiendo.
Es lógico que los críos que no acuden como alumnos a una determinada materia no vayan a las salidas que se hacen para los otros. Independientemente de que la materia sea o no optativa, como es este caso de Religión o podría ser otra cualquiera a lo largo de la enseñanza obligatoria.
Cualquier profesor en su aula o que imparte una determinada asignatura puede programar a principios de curso un número equis de salidas, tampoco son una barbaridad porque la pela es la pela, así que se quedan en una o dos, para que sus alumnos, esos que acuden a su clase, visiten determinados lugares relacionados con la materia aprovechando además para otros divertimentos más lúdicos, aunque de interés para el niño.
Lo que no es de razón es que haya padres que, haciendo uso de su derecho de matricular o no a su hijo en una optativa, una vez que no lo han hecho, protesten por lo que pasa en ella. ¡Oiga, que a usted no le atañe lo que suceda en esa clase ni en sus salidas! ¡Usted no matriculó a su hijo en ella por la razón que fuese, de conciencia, religiosa, lo que quiera!
Entiendo que un niño de cinco, seis o siete años sea incapaz de comprender como sus compañeros sí van a una salida y él no. Pero también serán incapaces de hacerlo cuando, a determinada hora lectiva, sus compañeros asisten a una clase y ellos no. El profesor podrá informarles de lo que sea, pero…quien tiene que explicarle las razones de ello no es el centro, sino los padres que han optado por esa situación. Que  no echen la culpa a los colegios y a los profesores, los cuales cumplen con sus obligaciones estrictamente.
He realizado infinidad de salidas y actividades con mis alumnos mientras impartía una asignatura de opción voluntaria y en muchas ocasiones lo he hecho con aquellos a los que impartía clase nada más. Sí es verdad que ha habido alguna protesta, mínima, sobre todo de padres reacios o claramente en contra de que esa materia tuviese sitio dentro del currículum de la educación primaria, por lo cual sus hijos no asistían aunque les gustaría, pero siempre di las mismas explicaciones: no conozco a su hijo, no sé a qué  grupo va ni cómo es, qué carácter tiene, cómo se comporta, qué le gusta y qué no. Yo no me puedo hacer cargo de llevar conmigo a chiquillos desconocidos, a críos que en un momento dado les pueda suceder cualquier cosa ya que entonces cómo respondo ante un desconocido. Al resto de los alumnos los he ido conociendo poco a poco a lo largo de las sesiones de clase, pero a otros no.
Así que estoy completamente de acuerdo con esa profesora que solo llevó a sus alumnos. Ella no puede hacerse responsable de los que no son suyos. Si estos últimos, haciendo uso sus padres de su derecho, no van a religión, qué se hace con ellos cuando se entre en la basílica de Cuadonga a lo mejor a rezar un avemaría o un padrenuestro. ¿Protestarían los padres por ello o aceptarían a pesar de no ser de Religión Católica? ¿Propondrían que quedasen fuera solos mientras los demás entran? ¿O tendría que ir alguien más para ocuparse expresamente de ellos en ese momento?
Hay casos de estos, y permítanme que me explaye un poco nada más, que me llaman la atención. A lo largo de mi vida como profesional de la enseñanza he visto a muchos niños y niñas cuyos padres no optaron por la clase de religión. Pero eso sí, a hacer la primera comunión eran los primeros. Y luego no volvían a aparecer por la iglesia, ni se apuntaban a clase de esta materia tampoco. Eso, perdónenme si me paso, es ser un poco hipócrita. ¿Porque a cuento de qué viene eso entonces? ¿Será porque no saben explicárselo a sus hijos cuando ven a sus amiguitos hacerla o será porque esa “fiesta” viste mucho de cara a la galería, a sus conocidos?
Si ustedes quieren o no que sus hijos asistan a una optativa, es su problema y, además, entra dentro perfectamente de su conciencia y responsabilidad. Pero no vengan luego, independientemente de la edad del niño, a cargársela al maestro. Ustedes eligieron por un menor de edad. Para eso son sus padres o tutores; ahora explíquenles a ellos lo que pasa, las consecuencias de su libre decisión, y de nadie más.
Pasen un buen día. Un saludo.

 

1 comentario:

  1. Pues eso. Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios.
    Hermano mayor

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