lunes, 4 de marzo de 2013

TRUBIA: ¿ADIÓS A LA FÁBRICA?


No sé, creo que hasta el cielo está de acuerdo con que el desmantelamiento de la Fábrica de Trubia es una descomunal barbaridad. Y lo digo porque llevábamos muchas semanas en Grau en que los domingos venían todos pasados por agua; estaba la gente del mercado, los que acuden a intentar vender algo que les permita en algunos casos a seguir mal viviendo, si no hasta el gorro, por lo menos hasta las narices de tanto mal tiempo; y ayer, convocada una manifestación de apoyo a estos trabajadores de la antigua Santa Bárbara, no cayó ni una gota.
Fue así como unas doscientas y pico personas pudieron reunirse y oír y escuchar los discursos de los políticos y sindicalistas al uso. Del número de personas presentes no hay datos ni de los sindicatos por un lado ni de la policía local por otro para reírnos de unos y de otros, sino que, habiendo estado yo presente apoyando la petición de impedir el casi cierre de esta factoría, puedo atestiguarlo. No sé el número exacto, no me paré a contar a la gente, de ahí el “y pico” que vale tanto para redondear por arriba como por abajo.
Fueron los clásicos discursos, más o menos abrasivos con la política actual y con el imperio del capitalismo a rajatabla de las grandes empresas, aplicados en este caso a la General Dynamics y al Ministerio de Defensa y de Industria españoles. Nada nuevo bajo el sol, a excepción de los trabajadores a los que hoy se les quiere echar y que son otros distintos de los millones que ya hay en nuestro país.
Sinceramente, creo que poco van a lograr. Aunque ojalá me equivoque. Hemos visto hasta ahora, durante los últimos años, como este tipo de protestas, huelgas y manifestaciones se llevaban a cabo por otro sinfín de personas afectadas en su puesto de trabajo igual que estos, y al final se quedaron en la calle. Casi todos sabemos, por haberlo sufrido en nuestra propia piel, que ni las grandes empresas multinacionales, ni los grandes holdings bancarios  ni nuestro gobierno tienen alma. Viven ellos bien mientras que los demás sobrevivimos aplastados debajo de sus zapatos. Y aún así, esperan que se lo agradezcamos y los aplaudamos.
Se van estos trabajadores el miércoles a Madrid, junto con otras muchas personas que quieren ofrecerles su apoyo incondicional. Piensan protestar por los despidos y el ERE previstos e intentar que la Fábrica de Trubia no siga tendiendo a desaparecer debido a las medidas adoptadas por esa multinacional.
Mucho me temo que regresen con pocas soluciones o ninguna, a no ser que desde el cielo se haga un milagro, cosa ardua difícil ahora que no tiene representante en la tierra y todos los demás súbditos están conspirando sobre el nuevo jefe.
Y sin intervención milagrosa, otra gran industria que veremos desaparecer, más bien pronto que tarde, en nuestra comunidad después de la minería, que está dando las últimas bocanadas.
¿A dónde llegaremos?

Un saludo y disfruten del día.  

1 comentario:

  1. Una verguenza mas ! Como dijo alguien ayer en el discurso las armas se van a seguir haciendo pero vamos ir compralas a otro lao, mientras aqui mas paraos

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