DOS COSAS

¡Coime, mira por donde, hay dos cosas que han sucedido en Asturies en las últimas horas con las que fui incapaz de evitar una sonrisa! Porque la mayoría de las noticias que últimamente leemos de nuestra comunidad dan pena.

Por un lado, leo que la Consejera de Educación, circular mediante, ha eliminado las vacaciones de Navidad y de Semana Santa. Ahora han de llamarse, propone ella, Vacaciones de invierno y Vacaciones del segundo trimestre.

¡Genial! Ya esta arreglados los problemas educativos de Asturias. Al mismo tiempo se destierran dos nombres con más que probadas connotaciones religiosas para que creamos que la izquierda manda en esta comunidad. Como estamos en plena vorágine lomceniana y ante la amenaza del PSOE de que va a acabar con los acuerdos que  mantiene el Estado con la Iglesia Católica, ahí aparece nuestra consejera empezando la poda. Pero bueno, cuando llegue la hora de la verdad, si algún día vuelve a gobernar en España, los acuerdos se revisarán y quedarán como están. Me gustaría, no obstante, equivocarme.

Los maestros y profesores, los padres y los alumnos seguirán llamando a esos periodos vacacionales los de Navidad y de Semana Santa, porque en la sociedad en la que nos movemos van a seguir siendo así, pero en los papeles, ¡quia!

¿Cómo queremos cambiar el modelo educativo si atendemos a perogrulladas de este tipo? ¿No habrá cosas más importantes en las que meter mano?

De otro lado, una cumbre socialista tuvo lugar en nuestra capital y de ella se desprendieron afirmaciones rubalcabianas como la de “amputar”, es decir, echar con viento fresco y sin ninguna duda, a cualquier político sobre el que recaigan sospechas fundadas de corrupción. Lo dijo, por lo que leí, como si nada. Yo no sé si estará tan ofuscado con los políticos del PP y sus actuales casos de corrupción que no se ha dado cuenta de los imputados, supuestos corruptos, que andan cobrando del estado gracias a que son representantes del PSOE.

¡Bah, solo por no callar! ¿Por qué no predican con el ejemplo? Hablar por hablar no aporta nada y, además, la gente no es tonta, muy señor mío.

 

Sean felices y sonrían que es domingo.