¿Cómo se puede estar en un gobierno, con la cantidad de
parados que hay, el número de gente a la que no llega un euro al mes porque han
terminado su subsidio, con las miserias que se cobran hoy cuando un obrero
encuentra una mierda de empleo, y pedir muchísima moderación a los banqueros en
sus pensiones al mismo tiempo que no se han tomado medidas para evitar que
estos caraduras se forren a nuestra cuenta? Sr. de Guindos, ¿considera lógico,
por descontado que de ético no tiene nada, que en las condiciones actuales Alfredo Sanz se lleve una
pensión de 88 milloncejos de nada? Y no me venga con que es una entidad privada
y allá ella, porque en otras ha sucedido algo semejante sin falta de la
privacidad. ¿A usted se le ocurre que esto es normal?
Cuando un ministro de economía pide moderación, debería de
hacerlo sobre todo a esos bandidos que se han llevado el dinero de España, la
mayoría de ellos bien conocidos por ustedes. Fíjese si estaré hoy en plan
blando que hasta me atrevo a sugerirle que tal vez debiesen usted y los suyos
comentarles que, por lo menos, dejen aquí lo de Suiza. Ya no digo nada de
intervenir con todos los medios que la ley tenga a su disposición para evitarlo,
porque ya sabemos que paraísos fiscales protegidos por la City o Wall Street
los hay por todo el mundo y nuestros
jodidos millonarios se han encargado de diversificar sus finanzas para
que no le cojan descolocados. Pero bueno, solo lo de Suiza, unos cien mil
millones.
Los ciudadanos normales solo podemos protestar. A esas
grandes fortunas les da igual. Nosotros estamos en la calle y ellos en la cima
de un monte subidos a la almena más alta de su castillo y ni nos ven ni nos
escuchan. Siguen a lo suyo. Pero los gobernantes son quienes han de enfrentarse
a ese problema de una vez por todas y echarlos abajo aunque sea a cañonazos, que para eso se apuntan al cuento siempre de que son nuestros representantes. Lo que sucede, y aquí está el quid de la
cuestión y que nos lleva a la miseria a la mayoría de personas, es que los
gobernantes no pintan nada, son puestos por los mismos que detraen esas
fortunas a esos paraísos, esos que ejercen su poder feudal económico sobre todo
cuanto les rodea, incluso sobre las grandes instituciones polñiticas del mundo.
Hace falta que quienes se nombren para estar al frente de nuestros países
se desaherrojen, rompan esas cadenas, y tengan el suficiente valor y sensatez
como para no seguirles el juego. No sé si alguna vez lo veremos, pero por
soñarlo que no quede.
Saludos y buen Día del Trabajo. ¡Qué ironía, con más
de seis millones sin él!
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