viernes, 5 de abril de 2013

MANZANO Y BOTELLA


“Échame a mí la culpa”, dijo bajito, bajito, el ex alcalde madrileño Manzano, pero sin darse cuenta que los malditos micrófonos lo amplían todo y se llega a oír hasta donde uno no quiere. Y, claro, ese “échame…” tan inculpatorio, se convirtió en una de las noticias del día.
Eso de echar la culpa a los demás es muy viejo. Se llega incluso a echarla a los muertos, que ya no pueden defenderse. Y también, por lo que se ve y se escucha por esos micrófonos, se puede echar la culpa, cargar el muerto a otro tipo de muerto, el que lo está para la política y que no tiene nada que perder, o casi nada.
Pero a mí me encantan esos apellidos tan amigables. Es que como asturiano me hacen pensar y mucho en mi tierra.
Por un lado el manzano que nos proporciona la sidra y que, una vez envasada en botella, se escancia como es debido para ofrecernos un gustirrinín asombroso al notar sus burbujas espumeantes  en la nariz mientras en la boca explota con todo su aroma. Sí, claro que sí, a veces, cuando ese licor cuasidivino no gusta porque es de mala calidad, la botella no tiene la culpa de ello, la culpa la tiene la manzana que, si no es de un manzano como es debido, pues así le va.
No obstante, en ocasiones, no todo es a causa del manzano que creció ufano y orgulloso, por ejemplo en Madrid, por más que lo hiciera en la excelente compañía de otro amigo de pomarada en las, quién sabe, maravillosas, cuidadas y húmedas praderas de un campo de golf en vez de en un prado corriente y moliente, y no de un amigo cualquiera, no, del mayor, del que más daba, de aquel que por su porte y frondosidad acogía entre sus ramas manzanas más o menos grandes y jugosas, unas podres enseguida, otras a medias y alguna que otra con cierta calidad, pero capaz de que todos los demás árboles se afanasen en aplaudir, todos los que estaban a su alrededor y que lo alabasen incluso como Manzano Mayor.
Decía que a veces no solo es cuestión de la manzana el hecho de que sidra salga mala. En ocasiones la culpa es de la botella que no esta en buenas condiciones; por más brillante que nos la vendieran por afuera, si el interior no está en condiciones, la sidra se estropea. Y en esos casos de nada sirve echarle la culpa al manzano, aunque ya lo hayan abatido y preparado para leña para la lumbre.  
En muchos sitios, esa sidra solo sirve para hacer vinagre.
Perdón por el artículo, pero es que me lié un poco pensando en ir a mediodía a tomar un “culín”. Pasen un buen día. Un saludo.
PD: “culín”: cantidad de sidra que se escancia en el vaso y se bebe de un solo trago.

1 comentario:

  1. Impresionante el "jugo" que sacaste al aunar el "manzano" con la "botella". Para mi genial. ¡¡¡ Enhorabuena !!!

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