Hace unos días
salió a la palestra el tema de los famosos sobresueldos por alojamientos y
manutención que se autoconcedieron los diputados españoles. Incluso con piso en
Madrid, ellos cobran. Aquí paz y después gloria, dirán mientras bailan una jota
o una muñeira, a ritmo de sardana o de chotis.
Da igual unos que
otros, a excepción de UPyD cuyo diputado Toni Cantó dice que renunció a ello al
disponer de casa en Madrid. Aunque luego, como dice la canción, “no sé por qué
motivo, no sé por qué razón”, hace entrega de esos euros a una ONG. ¿A santo de
qué? Si no se tiene derecho a ese tipo de dietas, donde mejor están esos euros
es en las arcas del estado. Si considera que no debe cobrarlo, que no lo haga,
que lo reintegre y que se deje de pamplinas y demagogia barata.
No obstante, los
grupos de amigos que se sientan en semicírculo en los salones privados del
Congreso y Senado saltan en cuanto les tocan sus…emolumentos. Mientras el PSOE
tacha la medida de eliminar ese segundo y jugoso sueldo, a quienes no hagan uso
de él, de populista, desde el PP lo califican de demagógico. Vamos, que
recortar en lo público es una medida más que necesaria para sacar a España de
la ruina, pero tocarles a ellos sus dineros es populista y demagógico. Más de
veinte mil euros al año en este concepto, una propina al bote.
Y lo que más llama
la atención es que, para acabar de cabrear al pobrecito de a pie, no deben
tributar a Hacienda por ello. Ya me parecía a mí que aquel slogan de hace años,
“hacienda somos todos”, renqueaba por algún sitio. Y lo sigue haciendo con la
aquiescencia de nuestros queridos amigos defensores del orden constitucional.
Oye, que es un
chollo. Como cuenta Trevín, diputado por Asturias, con ese dinero se paga uno
una hipoteca y se hace con un bonito piso o apartamento en Madrid a cuenta de
dinero negro debidamente autorizado por la ley. ¿Y cuándo se acabe su periodo
de diputado en la capital, qué harán, lo van a devolver al estado? Porque a fin
de cuentas, una vez pasado su época de levantar la mano a todo, deberían de
dejarlo libre. Ya no lo necesita para alojarse por su cargo en la capital del
reino.
Se me ocurre que
desde el Gobierno bien harían comprando en Madrid, hipoteca dios mediante, una
montonera de pisitos para alojar a los diputados. Seguro que saldría más
barato. y así no habría que pagarles el sobresueldo; al tiempo tendríamos unas
propiedades inmobiliarias públicas para uso de nuestros ¿representantes?- lo
escribo entre interrogantes porque no sé bien a quién representan. .
Pero creo que no me
van a hacer caso. Seguirán los segundos sueldos para ellos, mientras a los
funcionarios les eliminan la extraordinaria y les congelan el sueldo, a Rato lo
colocan en Telefónica, en Castilla –La Mancha quieren contratar maestros sin
cobrar, el Banco de España se da cuenta ahora de que hay que poner un poco de
orden e inspección en el control de las entidades, se estudia un nuevo contrato
joven remunerado con el salario mínimo interprofesional, nuestros políticos
seguirán con sus planes de pensiones a cuenta nuestra, etc., etc., etc.
¿Qué
hacemos? Yo, de momento, dejarlo por ahora. Pasen un buen día y no pierdan la
sonrisa.
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