He leído un artículo de Nazanín Armanian en Público en el
que explica con claridad lo que la OTAN ha desvelado después de varios años de
mentiras destinadas a contarnos lo que significaba que los países occidentales
enviasen sus fuerzas armadas a Afganistán para defender la paz mundial.
Resulta que la guerra, aunque disfracen la palabra con otras más edulcoradas, que se libra en ese país no es por un quítame
allá un pelín de yihad o que los talibanes son malísimos y han destruido
verdaderas joyas arquitectónicas únicas en el mundo o que sean un peligro para
los países fronterizos debido a sus ideas más o menos retrógradas en los
tiempos actuales, o de radicalidad religiosa, o de terrorismo suicida. No, no,
resulta que, como en todas las guerras, lo que de verdad primaba eran los intereses
económicos.
Ahora la OTAN desvela que se ha hallado oro negro.¡Ja! Como
si esa, entre otras, no hubiese sido desde el principio una de las razones
estratégicas de la entrada en guerra en ese país desolado por ellas; vamos, que
la razón de ese cruento conflicto donde mueren más inocentes que soldados no es
otro que las reservas de petróleo o de gas, las minas de oro, de diamantes, de
cobre, etc. que convertirían a Afganistán en un chollo para las grandes
multinacionales occidentales que gobiernan el mundo a su antojo. Ya lo
había intentado la URSS en su momento, luego fue EEUU con sus socios, entre
ellos España que siempre anda de palafrenero de su señor sea cual sea el asunto
que se lleve entre manos: lo es del Vaticano, lo es de los bancos, lo es de los grandes emperesarios, lo es de
EEUU, lo es de Alemania, lo es de Bruselas y la UE en general, lo es del G8 o
del G200, el que sea, etc.; y ahora la gran potencia capaz de entrar en ese
mercado y aprovecharse de sus recursos, pero de forma más sutil, será China. Así que el presidente afgano, no olviden que fue elegido de forma fraudulenta y refrendado por la comunidad internacional a pesar de ello, les ha hecho las puñetas a todos cuantos defendían esa libertad, la del elefante entrando en una cacharrería.
Resulta que todos aquellos cuentos que nos relataban hace una porrada de años sobre aquellas tribus tan malas, sobre el Bin Laden que se encontraba por allí organizando de las suyas, sobre la droga que se cultivaba y acababa con nuestra juventud, sobre el atropello a que era sometida la mujer en ese país, sobre la barbarie imperante en una parte de aquella sociedad, sobre la radicalidad religiosa carente de sentido común, todo ello es verdad que con una gran dosis de realidad, se limitaban sencillamente a los intereses económicos de las grandes multinacionales americanas o canadienses o…
Como en Irak. ¡Qué cosas!
¿Por qué será que no me sorprende?
Pasen un buen día de fiesta. Se
acabaron las Navidades y mañana empieza el curro. Sean felices.
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