viernes, 14 de diciembre de 2012

MIRADAS


 
(A mi “hermano mayor”, de cuyo nombre no quiero olvidarme, que me dio la idea después de leer “Ojos”, y porque me da la gana - con perdón)
Miradas
Miradas serenas de paz interior.
Miradas alegres de confianza.
Miradas comprensivas de amistad.
Miradas inteligentes que te resucitan.
Miradas vírgenes sin pecado.
Miradas de algodón del bebé recién nacido.
Miradas de azúcar del niño curioso.
Miradas, miradas, miradas.
Miradas de esperanza del enfermo.
Miradas amorosas de quien te quiere.
Miradas leales de confianza..
Miradas de reproche de quien te abre los ojos.
Miradas pacíficas de entendimiento.
Miradas honorables de respeto.
Miradas y miradas y miradas.
Miradas de color que te envuelven.
Miradas limpias de inocencia.
Miradas de orgullo de uno mismo.
Miradas satisfechas en los ojos de los demás.
Miradas temblorosas de ansia.
Miradas primerizas del recién nacido
Miradas, más miradas y miradas
Miradas, miradas, miradas.
Miradas titubeantes ante un futuro incierto.
Miradas de dolor del hambriento.
Miradas aburridas de lluvia tras los cristales.
Miradas de ayer en el álbum sepia de fotos.
Miradas de hoy en el espejo de la bruja.
Miradas del mañana en tu imaginación.
Miradas ignorantes que padeces en silencio.
Mirandas cómplices que suplican.
Miradas tras de miradas y más miradas.
Miradas vacías de soledad.
Miradas de vergüenza propia y ajena.
Miradas negras de tormenta.
Miradas  extrañas con rictus inextricables.
Miradas serias, de personas falsas.
Miradas dolorosas por falta de libertad.
Miradas pobres que te deprimen.
Miradas odiosas para el enemigo.
Miradas, miradas, miradas.
Miradas lascivas del impotente.
Miradas esquivas del ruin.
Miradas huecas del ignorante.
Miradas ovinas de los corderos del rebaño.
Miradas bovinas del conformista.
Miradas metálicas del jefe desaprensivo.
Miradas de hiel del envidioso.
Miradas y más miradas mirándote.  
Miradas sarcásticas insondables a tu alrededor.
Miradas hilarantes que hieren tu risa.
Miradas despechadas de rabia.
Miradas despectivas del traidor.
Miradas que te nublan el espíritu.
Miradas desafiantes del dictador.
Miradas, tan solo, miradas.
Miradas que te olvidan.
Miradas que olvidas.
Miradas que recuerdas.
Miradas. Y más
miradas.
Tantas como segundos tiene la vida.
Millones de miradas centradas en la mirada,
en mi mirada,
en esta mirada.
Solo con miradas…
¡cuánta vida!
¡Y más aún,
cuando tú miras!
 
Disfruten del día. Espero que la lectura y la mirada del poema hayan sido hechas con buenos ojos. Un saludo.
 
 
 

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