domingo, 16 de diciembre de 2012

Y Rajoy cumple un año.¡Viva la Virgen!


Y va un año ya de la desafortunada llegada al poder del Sr. Rajoy y sus joyas ministeriales. Si fuésemos un poco objetivos, no tendríamos otras palabras para definir ese asalto al poder como el de un golpe de estado, incruento, eso sí. Veréis, me explico.

Se comienza por contar a la gente todo tipo y variedad de “hazañas” cometidas hasta esa fecha por los que ostentaban en ese momento el poder, haciendo ver que eran más o menos una panda de golfos ignorantes, indecisos, vacilantes, inseguros, incompetentes, totalmente legos en el arte del gobierno, y añadían toda clase de epítetos cuyo objetivo único y claro era el descrédito absoluto de aquellos políticos que nos estaban llevando a la ruina,  que estaban acabando con todo mediante recortes y tomas de decisiones tan impopulares que la gente empezaba a temer por su futuro.  

Mientras, Rajoy &Cía no dicen otra cosa para combatirlos desde la oposición que un NO rotundo a todas y cada  una de las propuestas parlamentarias. NO PORQUE NO, y punto.

Se sigue echándose a la calle airados con manifestaciones multitudinarias convocadas siempre por otros compinches para que la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda. Atacan con fervor y obediencia religiosa determinados derechos sociales sin importarles su significado, solo por el hecho de montar tumulto  y confusión en el resto del pueblo, solo con el fin de que se palpe cierto hálito de desesperanza, solo con el objeto de cambiar la opinión pública, solo para buscar el hartazgo popular ante la situación que atraviesa España.

Paso siguiente: comienzan a discursear machaconamente a la gente, a sermonearla (eso del púlpito lo tienen dominado) hablándole de las medidas tan bondadosas que ellos llevan en el bolsillo sin decir ninguna: “Se hará lo que se tenga que hacer”, o frases similares. Solo les falta prometer la vida eterna.

Otro pasito más:: Hacen mil y una críticas al grado de subdesarrollo al que nos está conduciendo el gobierno anterior, se le acusa de haber tomado medidas que van contra el poder adquisitivo de los españoles, tanto trabajadores en activo como en el paro como pensionistas, se le critica desaforadamente el hecho de haberse echado en manos de la banca y de los empresarios mediante ayudas supermillonarias y reformas laborales disparatadas, se les tacha de incapaces y no saber qué tienen entre las manos, se  aturrulla de tal manera a los ciudadanos que estos se sienten huérfanos y vacíos de esperanza ante tamaña  desvergüenza y, cuando los ánimos están ya bien caldeados, ¡zas!  

Conclusión: Aparece Rajoy y comienza su sarta de promesas en forma de medidas que promete aplicar en cuanto él gobierne España. Es el salvador de la patria, y cual un Capitán Trueno y al grito de “Santiago y cierra España”, la recorre de arriba abajo hasta amodorrar sobradamente la capacidad de raciocinio de la gente.

Se siembran millones de semillas de cizaña  hasta que, en un momento dado, se procede a dar el golpe de estado incruento propio de cualquier democracia de tres al cuarto como la nuestra: Elecciones Generales. Y entonces todos “p’ allá” con la papelina en la boca, como perritos bien adiestrados.

Y al cabo de un año con su gobierno, las manifestaciones en cualquier ciudad de nuestra geografía son el pan de cada día, el paro de récord, la sanidad necesita una cura de urgencia,  la educación en manos de un tal Werth famoso por sus desatinos, los servicios sociales de capa caída, las pensiones al pairo, los trabajos en precario, el dinero sale a espuertas de España, la deuda del país a niveles exhorbitantes, la justicia gallardoniana brilla por su ausencia,  los casos de corrupción de políticos y allegados a la orden del día, y así más y más y más y mucho más.  Pero ellos, Rajoy&Cía, impertérritos ante el temporal, se lavan las manos, no se quieren enterar, le echan la culpa a aquel que pasaba por allí, les da igual. Tienen un libro de ruta que no van a cambiar, así baje Dios del cielo.

Y todas aquellas medidas dichas con su boquita de piñón se han convertido en mentiras, tal cual, no en promesas incumplidas, no, en trolas como campanas de grandes. Donde antes del golpe incruento decía digo, ahora no dice diego, que al menos se le parece, no,  ahora dice supercalifragilísticoespialidoso, para que quede claro que su palabra va a misa.

La palabra de un mentiroso.
 
(Mentira: 1-Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa- RAE)
 
No se cabreen mucho conmigo, que es domingo. A fin de cuentas un día de fiesta es para divertirse, aunque sea en con algo tan profano como este artículo. Buen día.

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